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Del sirimiri a las lluvias torrenciales

La sociedad municipal de aguas Amvisa redactará un plan sobre sistemas urbanos de drenaje sostenible para adaptarse a los cambios en la forma de precipitar

Del sirimiri a las lluvias torrenciales

Lluvias torrenciales, periodos largos de sequía, temperaturas altas extremas... La asociación española de operadores públicos de abastecimiento y saneamiento de agua (AEOPAS) publica una guía para la adaptación de los sistemas de agua urbana al cambio climático.

Al respecto, el gerente de Amvisa, Batxi Aranburu, explica a qué fenómeno está más expuesta la capital alavesa y cómo se prepara Vitoria para hacer frente a estos episodios que también pueden afectar a la ciudad.

En el ámbito del agua, la concreción de la emergencia climática se plantea sobre tres pilares: inundaciones, disponibilidad de agua y altas temperaturas, enumera Aranburu. 

Inundaciones

En el escenario de inundaciones, al que Gasteiz no es ajena, la competencia no recae en la sociedad municipal de aguas de Gasteiz sino en el Gobierno Vasco. 

El segundo escenario, la disponibilidad de agua, sí ocupa a Amvisa.El modo de precipitar es distinto y los periodos de sequía se prolongan, los agrava la emergencia climática.

Rotura de una tubería en Vitoria.

“Si antes teníamos un periodo de sequía cada treinta años, ahora se da cada menos tiempo, pero una cosa es el concepto de sequía y otra el de escasez de agua. En Vitoria ha habido periodos de sequía durante los últimos cuatro o cinco años, pero la población no ha tenido escasez de agua porque, hasta la fecha.

Disponibilidad de agua

"Con las infraestructuras que tenemos, hemos conseguido hacer una regulación adecuada entre los meses secos y los húmedos. Eso también es un elemento de resiliencia ante el cambio climático, ya que si los periodos de sequía son más recurrentes y prologarnos, tenemos que dotarnos de infraestructuras adecuadas para que no haya escasez”, apunta el gerente de Amvisa.

Y sobre el tercer escenario, las altas temperaturas, indica Aranburu que, a mayor temperatura, mayor es también la evaporación del agua del medio natural y, por lo tanto, disminuye la disponibilidad de agua por cada litro que precipita útil.

Lluvias torrenciales

“También nos afecta la forma de precipitar, ya que cada vez es mayor que lo haga en formato de lluvia torrencial, y eso afecta a la infraestructura de drenaje urbano de la ciudad, ya que tenemos un drenaje, en gran medida preparado para el sirimiri, pero es muy distinto el que hay que diseñar para una tormenta o para varias”, destaca. 

La tendencia es naturalizar las superficies de la ciudad para reproducir el esquema natural de drenaje anterior al proceso urbanizador

En este sentido, uno de los retos de Amvisa es desarrollar los llamados sistemas urbanos de drenaje sostenible, con los que se busca que la superficie de la ciudad que con el desarrollo se ha ido impermeabilizando, vuelva a ser lo más permeable posible, para que el agua que precipita pueda integrarse en los acuíferos, en el el ciclo integral, sin necesidad de pasar por una depuradora. 

Drenaje sostenible

“Tengamos en cuenta que el recorrido de una gota que precipita sobre una superficie impermeable va de un sumidero a un colector y de ahí a una depuradora. Evidentemente, cada vez precipita de forma torrencial tendríamos que cambiar los sumideros, ampliar los colectores y tampoco las depuradores tendrían capacidad para poder absorber esos golpes de agua, con lo que pueden existir mayores alivios puntuales a los ríos.

Para evitarlo, "la tendencia es naturalizar las superficies de la ciudad para intentar reproducir el esquema natural de drenaje que tenía el territorio antes del proceso urbanizador”. 

En este sentido, Amvisa va a redactar un plan director a escala de ciudad sobre sistemas urbanos de drenaje sostenible pero, además de otras iniciativas ya en marcha encaminadas a reducir la entrada de agua de origen pluvial a los colectores y sistemas de saneamiento de la ciudad.