Más de 12 millones de personas sufrieron restricciones de agua en España el pasado año. Zonas de pluviometría abundante como Galicia padecieron relevantes sequías.

El riesgo de falta de disponibilidad de agua para abastecer a la población es real y ya no se libra ni el norte de la Península. Así que, como apunta el gerente de Amvisa, Batxi Aranburu: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar...”.

Hasta ahora, Vitoria se ha librado de drásticos cortes de agua. Desde la gran sequía de 1989-90, que dejó secos los embalses del Zadorra, la sociedad de aguas de Gasteiz no se ha visto obligada a realizar restricciones a la población pero, si así fuera, la ciudad tendría que echar mano, por ejemplo, del agua del acuífero de Subijana, cuyas obras aún están pendientes de ejecutar.

Antes de 2030

A pesar de que Amvisa tiene redactado el proyecto desde 2012, se ha ido retrasando, sin fecha. “No tenemos fijada una planificación temporal, pero me gustaría ponerlo en marcha antes de 2030. No demorarlo más de cuatro o cinco años”, avanza Aranburu.

Zonas del norte de la Península de pluviometría abundante como Galicia padecieron relevantes sequías el pasado año

La conexión del acuífero de Subijana lleva años sobre la mesa. “Ya en 2009 se hablaba de la necesidad de reforzar las fuentes de suministro de agua de la ciudad con el acuífero de Subijana, que tiene agua suficiente si surge una contingencia extraordinaria; sin disponibilidad de agua, esta infraestructura puede complementar los recursos de los embalses del Zadorra”, señala.

Los pozos están ahí, pero falta equipar la infraestructura, una inversión de entre 20 y 25 millones de euros que la sociedad municipal de aguas de Gasteiz quiere acometer a medio plazo ante la emergencia climática.

El ahorro, un embalse ‘virtual’

El gerente de Amvisa es consciente de que el consumo se ha reducido de forma notable en Gasteiz y eso es un factor positivo. “A pesar de tener 70.000 habitantes más que hace 40 años, Vitoria consume prácticamente el 50% menos del agua que entonces.

Y ahí tenemos otro embalse virtual, ya que lo que no se consume es agua disponible, con lo cual, con la misma cantidad de agua embalsada, hoy podemos durar el doble de tiempo que hace 40 años.

Ésa es, sin duda, la medida más eficiente y eficaz, ni hay que construir nuevos embalses ni ampliar tuberías ni infraestructura”, argumenta. 

Por lo tanto, subraya que lo primero es ser eficiente en el consumo y en la distribución del agua. Sin embargo, llegado el momento, esas pequeñas conexiones de refuerzo a Subijana siempre son una garantía adicional.

Un tesoro subterráneo

“Y está ahí al lado, no nos tenemos que ir a Valladolid, tenemos aquí al lado un tesoro acuático subterráneo, y eso sería la garantía casi definitiva para que no nos falte agua”, entiende.

Buscando la ubicación del acuífero de Subijana. Natalia Garcia Zamora

“Tenemos que tener en cuenta que en las ciudades costeras siempre cabe recurrir a la desalación o al transporte de agua en barco, pero a Vitoria no va a llegar ningún barco ni vamos a montar una desaladora, así que nuestro último recurso sería dotarnos de esta otra fuente de abastecimiento, que no la tenemos lejos, pero hay que dotarla de infraestructura”, añade. 

Ya en 2009 se hablaba de la necesidad de reforzar las fuentes de suministro de agua de la ciudad con el acuífero de Subijana

Investigado desde 1985, del acuífero de Subijana sólo se aprovechan 1,5 hectómetros cúbicos al año frente a los 72,5 posibles. Su cuenca es de 170 kilómetros cuadrados y sus aguas ya se utilizaron para paliar la sequía de 1990.

En definitiva, se trata de un inmenso embalse subterráneo, que guarda unas reservas de 72,5 hectómetros cúbicos al año, lo que viene a ser el embalse de Urrunaga en su máxima capacidad.

Agua regenerada

Otra de las opciones para aumentar los recursos de abastecimiento de la que ya se ha hablado en Vitoria es utilizar y aprovechar agua regenerada, ya usada antes.

“Pero también en Crispijana hay otro recurso: la posibilidad de echar mano del agua residual depurada, que hoy en día ya utiliza la comunidad de regantes Arrato, con lo que damos una circularidad completa al agua, ya que después de ser utilizada por la ciudadanía acaba siendo aprovechada por los agricultores, tras un proceso de depuración”, explica Aranburu.

A pesar de que las directivas europeas van a exigir depurar todavía más esas aguas, Aranburu no descarta que llegue un día que se puedan integrar en el sistema de abastecimiento.

Las ciudades se preparan

Y es que, ante la amenaza de escasez de agua y estrés hídrico que afecta a toda Europa y de forma más extrema a la Península, las ciudades se preparan para afrontar emergencias de escasez de agua. 

Sin agua del grifo.

En Vitoria, la posibilidad de que falte agua a la población no es tan extrema, pero existe. “Sin duda, nos puede afectar; probablemente no tendremos la característica hidrológica del arco mediterráneo, pero estamos afectados por la emergencia climática, como todo el planeta”, apunta el gerente de Amvisa.

Cambio climático

“Ya estamos observando que los ciclos hidrológicos están experimentado muchas modificaciones, las temperaturas son cada vez más altas y los procesos de las olas de calor también", corrobora.

Y, "aunque partimos de una base diferente, la afección es igual en Vitoria que en otros lugares”, considera Aranburu, en línea con la guía para la adaptación de los sistemas de agua urbana al cambio climático publicada por la asociación española de operadores públicos de abastecimiento y saneamiento (AEOPAS).