Peio Etxeberria pasa página en el Manomanista
El delantero de Zenotz sufrió en el Parejas tras la derrota de la final del Cuatro y Medio, pero ha recuperado la ilusión en el Manomanista, donde muestra una gran evolución con la pegada con la derecha
Peio Etxeberria ha cambiado el gesto. Vuelve a sonreír. Forma parte de su naturaleza. Ha pasado página en el Manomanista de Primera. El delantero de Zenotz, siempre pizpireto y alegre, transitó por unos meses de luto tras perder en la final del Cuatro y Medio ante Unai Laso (22-19), partido al que llegó después de completar un campeonato impecable.
Relacionadas
CaixaBank y la Liga de Empresas de Pelota renuevan su colaboración
“Nunca me había costado tanto asimilar una derrota”, describe el pelotari. Fue un golpe terrible que se alargó durante los catorce partidos de la liguilla de cuartos de final del Parejas. Aspe le alineó con Julen Martija y no funcionaron. Ganaron tres encuentros y el primero de ellos llegó en la novena jornada, con la ansiedad arrellanada en la garganta y la Espada de Damocles a la altura de la coronilla.
Una cuestión psicológica
En los malos momentos es cuando toca aprender. “Me dio mucha pena por Martija, que estaba en buen momento. Tengo que reconocer que me costó superar la derrota de la final del Cuatro y Medio. Iba a los partidos y no sabía qué hacer. Me venía la pelota y me daba miedo. Ha sido algo psicológico”, reflexiona el de Ultzama. Tuvo que pasar el tiempo, rumiar su propio pasado y convivir con el paraíso perdido. Lo cierto es que, en todas las carreras deportivas, las derrotas son más que las victorias. “Me pesó mucho, pero está superado. Julen se merecía algo más y me da rabia. Lo importante es aprender de ello y seguir adelante. Por suerte, el calendario de la pelota va rápido”, reflexiona Peio Etxeberria, quien reconoce que “son procesos que hay que pasar, que todo deportista tiene que vivir”. Y reitera: “Será un buen aprendizaje”.
El trabajo con la derecha
Ocurre que en el ADN de Peio está marcado a fuego la virtud del trabajo. Se refugió al término del Parejas en la preparación del Manomanista, que se perdió en 2024 por decisión empresarial pese a estar programado. No mira el retrovisor. “El rencor no es bueno. Le di la vuelta y estoy centrado en el presente, con la ilusión de hacerlo bien”, esgrime. El caso es que, con tiempo para enfrentarse a la modalidad reina, ha incidido en el farragoso trabajo técnico de las posturas. Se notó en su estreno ante Erik Jaka, en un enfrentamiento que el zenoztarra reconoció que fue “de los mejores” en su carrera dentro de la especialidad. “El primer objetivo era solventar la eliminatoria y, una vez en la liguilla de cuartos, ahora pienso en la posibilidad de entrar en las semifinales. Me quedan tres partidos muy bonitos por delante y está muy marcada la meta. Ganando dos partidos, casi casi estás dentro. Intentaremos lograrlo”, declara el navarro.
Su derecha fue un cañón en Tolosa (13-22). Parte de su margen de mejora venía por ahí. “Se ha visto qué es lo que me cuesta. El trabajo está teniendo recompensa y estoy contento por ello. Que salga la pelota rápida de la derecha es esencial para el Manomanista”, disecciona el puntillero, quien afirma que “se trata de un trabajo de años”. “Voy mejorando, pero eso no implica que en el próximo partido no vaya a sufrir; sobre todo, por las posturas naturales que tengo. Es complicado seguir así y ojalá pueda demostrarlo el sábado”, afirma el delantero.
El perfil zurdo dePeio Etxeberria
El caso es que su perfil zurdo siempre ha dominado al diestro y, en una modalidad en la que la pegada puede marcar el destino de cualquier adversario, el encuentro con la pelota y las brechas con la diestra son vitales. Receta: ensayo, ensayo, ensayo. Horas y horas. “Por ejemplo, Andoni Gaskue –además botillero de Peio – tiene un encuentro con la pelota excepcional, muy natural. En mi caso, no tenía un buen encuentro con la derecha porque todas mis posturas naturales son con la izquierda. He tenido que hacer mucho hincapié en ello”, sostiene el manista de Aspe.
Reedición de la final del Cuatro y Medio
El sábado en el Santi Brouard de Lekeitio abre su participación en la liguilla de cuartos de final ante Unai Laso, campeón en 2022 y finalista de 2024. Reeditan la final del Cuatro y Medio. El de Bizkarreta-Gerendiain se estrena en la presente edición. “Su inactividad no le mediatizará. Ha tenido tiempo de sobra para prepararse. Estoy seguro de que llegará a tope”, agrega Etxeberria, que ya se ha quitado la “tensión” del “todo o nada”. El martes estuvo ejercitándose junto aIker Salaberriapara conocer las características de una cancha en la que ha jugado “dos o tres veces en partidos teloneros”.
Lo que no sabe es si saldrá con lentilla protectora en el ojo izquierdo, donde arrastra molestias por una úlcera provocada por un accidente doméstico. “Tiene su proceso de curación y no se me ha quitado del todo el dolor. Está mejor y he hecho una prueba sin la lente, pero no lo tengo decidido aún”, zanja Peio Etxeberria. Si es un amuleto, en Tolosa le funcionó. Vuelve a sonreír.