Un grito. Unai Laso entra en erupción este domingo. Puños crispados al aire y comunión con la grada del Bizkaia de Bilbao. Bestia desatada. Ciclón. El Manomanista se despliega ante sus narices con una alfombra roja. Este es tu lugar. Vibra. Cruje. Un remolino de recuerdos embotan su mente y la lanzan al infinito. Recuerda la operación de cadera. Recuerda todo un año a contrapelo. Recuerda que hace prácticamente doce meses caías contra Jokin Altuna por 22-9 en el mismo escenario. El labrum derecho ya le pasaba factura en los desplazamientos. Se tradujo en seis meses de baja tras el paso por el bisturí.
Grita Laso vestido de trituradora. Grita con la mirada fija, la mandíbula tensa y los colmillos apretados. Grita frente a la adversidad. Desencadenado. Grita libertad. Grita porque por fin es él mismo en la distancia en la que conquistó la txapela en 2022.
Altuna III 7
Laso 22
Duración: 51:04 minutos de juego.
Saques: 2 de Altuna III (tantos 2 y 5) y 5 de Laso (tantos 4, 6, 12, 16 y 18).
Faltas de saque: 1 de Laso.
Pelotazos: 193 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 2 de Altuna III y 15 de Laso.
Errores: 2 de Altuna III y 2 de Laso.
Marcador: 0-1, 0-4, 2-4, 2-19, 3-19, 3-20, 5-21, 7-21 y 7-22.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Gorka Altuna (con su primo Jokin) y Jon Mariezkurrena (con Laso).
Apuestas: Se cantaron posturas de salida de doble a sencillo a favor de Altuna III.
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada de la liguilla de cuartos de final del Grupo B del Campeonato Manomanista disputado en el frontón Bizkaia de Bilbao. 1.008 espectadores. En el primer partido, Agirre ganó a Senar (22-6). En el tercero, P. Etxeberria-Rezusta vencieron a Elezkano II-Martija (5-18).
El recital de Laso
Brama Laso. Piel de gallina. Y Jokin Altuna queda eclipsado en un estreno que dista de su mejor versión. Sí que es cierto que en los momentos en los que tuvo pelota no fue capaz de alargar el pelotazo, dominar, mandar; mas su rival dio una auténtica exhibición marca de la casa. Porque Laso, derroche de carisma y electricidad, sacó a relucir una derecha tiránica que evitó que el amezketarra pudiera tirar de los recursos ilimitados que atesora en su galería de orfebre. En definitiva, el navarro encontró la diestra fresca que lució ante Bakaikoa en los octavos para desmadejar al buque insignia de Aspe, romo e inerme a un contrincante que rozó la perfección. Sobre todo, en la primera mitad, Jokin no mandó cuando tuvo pelota. Mal asunto. Olor a sangre. Laso es un tiburón. Directo a la presa. ¡Ñam!
Explota Laso porque el triunfo, un 7-22 terrible, gana importancia ante un rival acostumbrado a ser cazador, el del aliento en el cogote, el monstruo, el gigante. La de este domingo, de hecho, es la segunda derrota más amplia de la carrera mano a mano de Altuna III –cayó 22-6 contra Urrutikoetxea en las semifinales de 2016 en el Bizkaia–. Al guipuzcoano le toca resetear.
Inerme Altuna III
Grita Laso porque ha vuelto, porque el espejo le devuelve la imagen que procesa su apetito lobuno. Abre la liguilla de cuartos con un punto de confianza estratosférico.
Un error al entrar al remate de Altuna III abrió la cita. Unai respondió con una dejada al ancho, un gancho y un saque cruzado. 0-4 para abrir boca. Jokin tomó aire con una falta y un saque potente. Fue un espejismo. Laso tomó el mando. ¡Y de qué manera! Voleón. Movió la pelota con frescura. Encontró altura. Puso a bailar a su adversario, alejado de su zona de mayor influencia. Tortura. Gota china. Volcánica paciencia la de Unai, que tiró de tópicos en el Manomanista: velocidad, potencia, abrir huecos, arrimar, rematar cuando hay oportunidad. Chispa en las dos manos. Cables pelados. Cortocircuito. Delirio.
Altuna III perdió pie en un naufragio inesperado a todas luces. Encajó una tacada de quince tantos que descerrajó el partido. Monólogo azul. Impotencia colorada. El Manomanista no entiende de grises. O todo o nada. Laso personificó la opulencia por piernas, por frescura. Afiló el saque en el segundo tramo. Tormento. Avasalló a Altuna III en una victoria de prestigio en la que manejó todos los registros de una especialidad durísima. Estuvo 2-19. Maquilló Altuna hasta el 7-21. En ese tramo, el amezketarra conquistó sus únicos dos tantos en juego. El 6-21 fue un tanto de primi precioso. Y poco más. Laso acabó el tajo con un gancho tras percutir atrás. Perfecto. Libre.