Una de las referencias del sector primario alavés, al menos, en lo simbólico, es la patata. Su cultivo aún capitaliza fincas y terrenos en distintas comarcas.Lejos quedan otras épocas en las que este tubérculo era el sustento de cientos de heredades en el territorio histórico hasta el punto de servir de calificativo para refereirse a los alaveses como patateros.

Pero, desde aquellas épocas, hasta la actualidad, el campo provincial y las instituciones ligadas a él no han cejado en el empeño por estudiar este cultivo para mejorarlo en la medida de lo posible. Al respecto, los laboratorios de Neiker se llevan la palma. Su último empeño al respecto consiste en el uso de los algoritmos de Inteligencia Artificial para poder detectar con tiempo posibles enfermedades que afecten al desarrollo de este cultivo.

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En imágenes: Bar Bagare, la 'biblioteca' con una de las mejores tortillas de patata de Gasteiz Pilar Barco

Estos problemas no solo afectan a la productividad de los cultivos, sino que también ponen en peligro el equilibrio ambiental y la seguridad alimentaria

Desafíos

Desde Neiker indican que el sector agrícola debe hacer frente a diversos desafíos a causa del cambio climático, la aparición de nuevas plagas y enfermedades, y el uso intensivo de pesticidas. Estos problemas no solo afectan a la productividad de los cultivos, sino que también ponen en peligro el equilibrio ambiental y la seguridad alimentaria.

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En imágenes: Así se celebra la Feria de la patata de Valdegovía

Proyecto europeo

Para abordar esta situación, el proyecto europeo PataFEST, financiado por el programa Horizonte 2020, se presenta como una solución para mejorar la salud de las plantas y promover prácticas agrícolas sostenibles. Su objetivo principal es desarrollar prácticas que sirvan para aumentar la resistencia de las patatas frente a plagas y enfermedades específicas.

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En imágenes: Inteligencia artificial en el envasado de patatas

Centro tecnológico

El centro tecnológico, dependiente del departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, cuenta con un papel fundamental en el proyecto. En concreto, lidera los trabajos científico-técnicos que se desarrollan en la iniciativa, entre los que destaca la evaluación de la resistencia de más de 500 variedades de patata a diferentes enfermedades. Estas variedades se estudian tanto en el banco de germoplasma de Neiker como en colecciones de otros países como Bélgica y Alemania.

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En imágenes: Las famosas tortillas de patata y otros pintxos del bar Koko de Vitoria

“Esta área guarda una colección especializada que conserva una amplia diversidad genética de patatas, permitiéndonos estudiar y mejorar su resistencia frente a diferentes patologías”

Amaia Ortiz - Jefa departamento de Producción y Protección vegetal de Neiker

Colecciones especializadas

“Esta área guarda una colección especializada que conserva una amplia diversidad genética de patatas, permitiéndonos estudiar y mejorar su resistencia frente a diferentes patologías”, afirma Amaia Ortiz, jefa del departamento de Producción y Protección Vegetal de Neiker.

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tortilla de patata en Vitoria Diario de Noticias de Alava

Respuesta ante enfermedades

Además de evaluar la resistencia genética, el centro investiga y prueba nuevas técnicas para la detección y control de enfermedades. Estas estrategias se validan tanto en campo como en almacenamiento a fin de garantizar su eficacia y adaptabilidad a diversas condiciones agrícolas. Mediante este estudio, la iniciativa busca desarrollar y aplicar soluciones sostenibles para controlar enfermedades específicas de la patata, como la sarna plateada, la pudrición seca y la dartrosis.

Estas patologías son comunes en Europa y causan importantes pérdidas económicas al reducir de forma significativa el rendimiento de los cultivos, deteriorar la calidad de las patatas y aumentar los costes de manejo y almacenamiento.

Ensayos en Ecuador

Las investigaciones no se enfocan sólo en el continente europeo. También desembarcarán al otro lado del charco para abordar el estudio de la zebra chip, enfermedad aún no registrada en Europa, pero que está teniendo impacto importante en Latinoamérica, en especial, en Ecuador. Para darle respuesta, se trabaja en el desarrollo de una estrategia de gestión sostenible que evita el uso de pesticidas químicos, en línea con la Estrategia de Biodiversidad de la UE para 2030, que promueve prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente.

Estrategia

“Esta estrategia se trabajará desde el país sudamericano, donde un centro local llevará a cabo ensayos para hacer frente al patógeno y evitar su propagación por Europa”, explica la investigadora.

Detección temprana

Al mismo tiempo, PataFEST combina tecnologías avanzadas con prácticas agrícolas ecológicas, integrando herramientas de diagnóstico en tiempo real y algoritmos de inteligencia artificial para detectar plagas y enfermedades de manera temprana. De esta manera, se permite al personal agrícola anticiparse a los problemas y aplicar medidas correctivas de forma proactiva.

El proyecto tendrá un gran impacto social, científico y económico y social. En el aspecto social, la iniciativa promoverá una agricultura más sostenible al reducir la dependencia de pesticidas, beneficiando a las comunidades agrícolas con mejor seguridad alimentaria y menores costes de manejo.

Ámbito científico

Por su parte, en el ámbito científico, permitirá avanzar en la resistencia genética de las patatas y en el diseño y puesta en marcha de nuevas técnicas de diagnóstico y control, utilizando tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial.

A nivel económico, las actividades que se están desarrollando en el marco de la iniciativa contribuirán a reducir pérdidas y costes asociados al deterioro de los cultivos, aumentando la rentabilidad agrícola y apoyando una gestión más respetuosa del medio ambiente.

Producción más eficiente

De esta manera, PataFEST no solo contribuirá a una producción agrícola más eficiente y ecológica, sino que también logrará impulsar una transición eficiente hacia prácticas más sostenibles frente a los desafíos actuales del sector.

La ciencia en la producción

La producción de minitubérculos es un proceso que requiere una alta capacitación tecnológica. Actualmente, la producción en España de minitubérculos es casi nula, por lo que no existe prácticamente producción de patata de siembra base. Esto implica que los productores de patata de siembra nacionales deban importarla de países como Francia, Holanda y Escocia, principalmente. La producción de patata de siembra de alta calidad y categoría superélite, que se distribuye posteriormente a empresas productoras, es una de las especialidades de Neiker. Desde 1933, año en que se creó la Estación de Mejora de la Patata en Iturrieta, este centro tecnológico agrario viene desarrollando nuevas variedades adaptadas a las condiciones agroclimáticas de las diferentes zonas productoras de patata de todo el Estado y la UE. Ejemplo de ello, entre otros, son las variedades Edurne y Beltza, cuyas licencias han sido traspasadas a Udapa para su cultivo extensivo. Las variedades creadas por Neiker se destinan a consumo en fresco y uso industrial, ya que las ventajas de estas variedades propias son, entre otras, un mayor rendimiento productivo, reducción de costes y mayor resistencia a distintas enfermedades.