Día 31 de diciembre de 2019. China notifica a la Organización Mundial de la Salud la existencia de un grupo de casos de neumonía de causa desconocida en Wuhan. El 9 de enero de 2020. La OMS anuncia que un nuevo coronavirus es el causante de dicha neumonía. El de 10 de enero. Los científicos dan a conocer el modelo genético completo del virus. El 11 de marzo. La OMS declara la pandemia a nivel mundial por covid-19.
2020 comenzaba con titulares acerca de un nuevo virus que tenía como epicentro, al parecer, un mercado de Wuhan (China) e inundaban los medios de comunicación de todo el mundo con imágenes de hospitales construidos en pocos días, junto a mensajes contradictorios que rezaban que era una situación controlada.
Sin embargo, lejos del alarmismo, se subrayaba que se trataba de una patología cercada en el país asiático que, como mucho, tendría un efecto residual en el resto del mundo.
Más de un año después de detectarse los primeros casos de una neumonía de origen desconocido, persisten numerosas incógnitas sobre el inicio de la pandemia. Una pandemia que ha puesto patas arriba un mundo globalizado, que desconocía la gravedad y envergadura que tomaría un año después y que ha dejado tras de sí alrededor de 2,5 millones de fallecidos y 110 millones contagios.
Origen animal
Una persona que ingirió sopa de murciélago, un virus creado en un laboratorio chino... el desconocimiento ha hecho que teorías conspirativas hayan aflorado en múltiples ocasiones. Pero ¿qué ocurrió realmente? A día de hoy la única conclusión a la que ha llegado la OMS ha sido que el murciélago es el origen de la enfermedad. Además, los expertos de la Organización Mundial de la Salud han querido subrayar que "no hay ninguna evidencia de que el virus fuese creado en un laboratorio", como hizo creer el expresidente de Estados Unidos Donald Trump a sus millones de seguidores. Sin embargo, como destacan la microbióloga Miren Basaras y el epidemiólogo Daniel López Acuña, lo que sí ha determinado la ciencia es que el origen fue zoonótico (transmitido a humanos desde otras especies) y que los primeros casos se dieron en Wuhan, aunque todavía se desconoce información relevante sobre el comienzo.
"Aunque hacía años que se decía que el riesgo de una pandemia era real, no estábamos preparados". Miren Basaras, microbióloga
Muestra de la dificultad de descubrir el origen del coronavirus son las palabras de Dominic Dwyer, microbiólogo y experto en enfermedades infecciosas que forma parte del equipo de la OMS, que declaraba que "sería ingenuo pensar que vamos a llegar al punto cero del virus". "Esto podría llevar algunos años", subraya.
No es la primera vez a lo largo de la historia que un virus de origen zoonótico ha asolado a la humanidad. Basaras, profesora de Microbiología y responsable covid de la UPV/EHU, asegura que ha habido más casos como éste. "El VIH también fue un salto del animal al ser humano, de chimpancés", asegura. A lo largo de la historia ha habido pandemias como la gripe española o asiática que han dado a lugar a "millones de personas infectadas en poco tiempo". Y también con una letalidad alta, subraya Basaras. "Lo que ocurre es que últimamente no había una pandemia de estas características que se transmitía de esta manera por vía aérea".
La OMS, en la zona cero
López Acuña, por su parte, hace alusión a la importancia de la misión de la OMS que en las últimas semanas ha estado investigando en la zona cero, en Wuhan. Pero, ¿hasta dónde llega la importancia de conocer el origen del mismo?
"Es imprescindible saber cómo se dio ese salto del animal al humano para que no vuelva a ocurrir y poder hacer, además, una vigilancia epidemiológica, epizoótica, para identificar virus potencialmente infectivos y severos que podrían provocar otra pandemia". Y es que los científicos afirman que el SARS-COV-2 se originó en el murciélago, pero moró en otra especie antes de infectar a humanos. Aunque al principio se creyó que ese animal intermediario podía a estar en el mercado de Wuhan y era el pangolín, Basaras destaca que cada vez se tiende más a descartar esta teoría.
"Es importante conocer cómo se dio el salto del animal al humano para prevenir futuras pandemias"."Es importante conocer cómo se dio el salto del animal al humano para prevenir futuras pandemias" Daniel López Acuña, epidemiólogo
Por eso, la de la OMS "es una misión importante", destaca el epidemiólogo y, aunque "no va a descubrir el misterio total, sí que ayudará a entender mejor el salto de la especie animal a la especie humana". "Es importante para poder prevenir futuras pandemias", asegura.
Retos de futuro
Más de un año después de que afloraran los casos de coronavirus y colapsaran los sistemas sanitarios de todo el mundo, solo queda aprender de los errores. "Si algo nos ha enseñado esta pandemia es que con el tránsito de personas en el mundo globalizado en el que vivimos, cualquier enfermedad se disemina rápidamente". Por eso, López Acuña insiste en la necesidad de reforzar toda la infraestructura de salud pública, ya que "tras la crisis habíamos dejado de invertir en ella". Y, con ello, reforzar tanto atención primaria y blindar a la población mayor.
Basaras, por su parte, asegura que la pandemia "nos ha enseñado que tenemos que estar preparados". Y es que, como explica la microbióloga, aunque hacía años que se decía que el riesgo de una pandemia era real, "no estábamos preparados". La Unión Europea va a crear un comité para la preparación de nuevas pandemias. "Esperemos que los protocolos que se creen se cumplan. Hay que hacer una vigilancia constante de todos los microorganismos para identificar los nuevos que pudieran surgir en el menor tiempo posible", zanja Basaras.
¿Qué hemos descubierto sobre su origen?
Por Begoña Díez Aizpiri | Investigadora de inmunología y microbiología de la UPV-EHU
HA transcurrido algo más de un año desde que el SARS-CoV-2 fue identificado como el coronavirus humano responsable de la covid-19, pero a pesar de la intensa actividad científica desarrollada para buscar su origen, todavía no se conoce, con exactitud, cómo ha llegado hasta nosotros.
El virus que causa la covid-19 conocido como SARS-CoV-2 (Síndrome Respiratorio Agudo Severo- Coronavirus 2) pertenece a la familia de los coronavirus. Y al subgénero Sarbecovirus, que incluye este y otros virus conocidos, como SARS-CoV-1 y MERS, que han evolucionado desde los murciélagos, consiguiendo cruzar la barrera de especie y causando epidemias. Los Sarbecovirus han estado circulando durante varias décadas, intercambiando su material genético a través de varias especies de Rhinolophus, en las cuevas donde habitan.
El coronavirus que conocemos con mayor parecido a SARS-COV-2 es RaTG13, identificado en el Instituto de Virología de Whuan, en excrementos del murciélago herradura, Rhinolophus affinis, recolectados en Yunnan en el sur de China.
La selección natural en un huésped intermediario que acorte las distancias genéticas entre ambos virus (4%) antes de la transferencia zoonótica es una de las hipótesis que se mantiene con fuerza.
Los mercados de animales silvestres en los que se venden murciélagos, civetas, pangolines, tejones, cocodrilos son como un desayuno buffet para los coronavirus. De todos ellos, el pangolín es la única especie donde se han identificado coronavirus similares a SARS-CoV-2 pero con una menor identidad genética que el de los murciélagos. El 24 de febrero de 2019, China anunció la prohibición de comerciar y consumir animales silvestres.
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump señaló al laboratorio biotecnológico del Instituto de Virología como responsable de la fuga del virus del laboratorio situado a 14 kilómetros del epicentro de la pandemia, el mercado de Huanan.
El equipo de investigadores de la OMS ha verificado que las cepas que se almacenan en el Instituto distan mucho de la estructura genómica del Sars CoV-2 y comprobó los estrictos protocolos de seguridad. Por otra parte, algunos científicos consideran que la diferencia genética del virus de murciélago más próximo es demasiado grande para haber sido construido en un laboratorio. Por ello, se han posicionado en contra de la hipótesis del origen sintético del virus, o de su escape de laboratorio. Ante la falta de evidencia que sitúe al mercado de Huanan, como origen inequívoco del virus, los investigadores buscan una fuente indirecta de contagio a través de la cadena alimentaria de frío, procedente de USA. Esta nueva hipótesis se relaciona también con la actitud de las autoridades chinas, que podrían tener más datos, pero que, por ahora, no los comunican.
¿DEBEMOS SEGUIR BUSCANDO EL ORIGEN DEL VIRUS?
La mayoría de las enfermedades infecciosas emergentes de origen animal provienen de fauna silvestre. Los nuevos patógenos aparecen en lugares con una población densa que ha cambiado espacios naturales por carreteras o espacios urbanos. Si buscábamos culpables para el origen el virus tal vez tengamos que volver la vista hacia los cambios que hemos producido derivados de la globalización.
Contamos ahora con evidencias sobre el efecto qué del calentamiento del planeta, que ha propiciado reducción de hábitats para los murciélagos, incrementando la concentración de las especies en una misma zona; aumentando el intercambio de sus coronavirus. La aparición de una tercera cepa epidémica de coronavirus en 17 años (SARS-CoV-1, MERS- CoV, SARS-CoV-2) nos alerta sobre posibles nuevos saltos de especie. Puede que tardemos años en descubrir el origen del virus. Mientras tanto conseguir unas vacunas eficaces, desarrollar fármacos y mejorar las herramientas diagnósticas constituyen una estrategia necesaria a corto plazo para combatir la pandemia. Y, encontrar el origen del virus e intervenir sobre el cambio climático, nos ayudará a controlar el brote actual y prevenir pandemias similares en el futuro.