Un total de 98 monjas de clausura presentes en Vitoria están convocadas en el Seminario para seguir formándose en su vocación religiosa a través de su vida orante. Así, estas mujeres que desarrollan su actividad en nueve conventos y monasterios alaveses recibirán una clase magistral dividida en dos partes de la mano de María José Tuñón, directora de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada en la Conferencia Episcopal Española y miembro del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica de la Santa Sede.
Esta religiosa, hermana de las Esclavas del Corazón de Jesús, hablará durante la mañana del día 13 sobre Cuestiones actuales de la Vida Contemplativa y de la Iglesia actual.
Formación continua
Con esta cita, organizada por la Vicaría Episcopal de Vida Consagrada de Vitoria y cuyo responsable es el sacerdote Manuel Gómez-Tavira, se quiere seguir impulsando en 2025 la formación en las comunidades de vida contemplativa de la diócesis.
La Vida Contemplativa monástica en Vitoria es exclusivamente femenina tras la marcha de los tres últimos benedictinos en 2022
De esta manera, a las 10.00 horas comenzará esta formación con el rezo de la hora tercia en la monumental Capilla de la Virgen del Seminario, ubicada en la planta de los rectores.
Tras este momento de oración llegará la primera parte de esta clase para, después de un descanso para un café, seguir a las 12.00 horas con la segunda y última sesión.
A las 13.30 horas el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, se incorporará para celebrar una misa de acción de gracias por la Vida Contemplativa presente en la diócesis y finalizará la jornada con una comida seguida de una tertulia en el comedor principal del Seminario, donde además de las monjas de Vitoria y de Tuñón, participarán también los seminaristas y formadores.
El Silencio y oración
La Vida Contemplativa monástica en Vitoria es exclusivamente femenina tras la marcha de los tres últimos benedictinos en 2022 por falta de vocaciones. Lo característico de este carisma y estilo de vida es el silencio del claustro combinado con una intensa actividad orante. Durante el curso, estas monjas tienen un itinerario formativo particular de cada una de sus comunidades y la diócesis, con el ánimo además de crear fraternidad entre todas ellas, organiza dos sesiones formativas al año.