De figuras inspiradoras a viñetas satíricas pasando por particulares visiones de la mitología vasca, homenajes artísticos y el recuerdo de las consecuencias en la cultura de una pandemia nada lejana. Es solo una pequeña parte de toda la oferta expositiva que presenta una Gasteiz en la que la agenda cultural se reduce casi al mínimo tras el paso de La Blanca.
Es la capital alavesa la que mayor focos de atención propone en este sentido, pero no es el único punto del territorio. Ni mucho menos. Un ejemplo más que reciente está en Laudio. Esta misma semana se ha abierto una exposición colectiva en la sede de KulturLab, en la que están tomando parte 25 creadores locales. La propuesta se va a poder visitar en el espacio hasta el próximo 19 de septiembre. Después, para el mismo lugar, se está preparando una exposición monográfica de Goizane Rodríguez Muñoz.
Incluso en pleno agosto se han inaugurado dos nuevas exposiciones en el territorio con Gasteiz y Laudio como puntos de referencia
Por ahora, el protagonismo es para Marciano Barbero, Karmelo, Nerea Apodaka, Mederi Ferreño, Conchi, Susana Corbella, Aitziber Duarte, Belén Herrero, Marisa Sánchez, Joserra Gastaka, Rebeca San José, Montse González, Izaskun Alonso, Leire Orueta, Javier Jaén, Javi Herrero, Raúl Urkijo, Anabel Pérez Aguado, Pedro Oyarzabal, Arantxa Escondrillas, Joserra Ais, Maied Urrutia, David Corbella, Xabi Gorostiaga, Marian Monje y Luisan García.
Por cierto, que no es la única exposición que se ha abierto en pleno mes de agosto en el territorio. El pasado martes se hizo lo propio con Notas de color, otra muestra colectiva –en este caso, de siete artistas locales– que se va a poder ver hasta el 2 de octubre en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Se trata de una propuesta inspirada en la vida y obra del músico, compositor, docente y director alavés Sabin Salaberri.
En este caso, toman parte en la muestra Ana Díaz de Espada, Blanca Abajo Alda, Zirika, Amaya Camoeiras, Karol Fernández Arberas, Susana Camoeiras y Marijo Lojo Escalante. Sus creaciones conforman un homenaje al artista alavés que, además, conlleva la reapertura del espacio expositivo del edificio de la Florida, que desapareció hace más de un decenio.
Cabe recordar que también tiene en estos momentos cerradas sus puertas el Centro de Exposiciones Fundación Vital, que está sometiéndose a una profunda e importante mejora. A buen seguro, estos meses de espera merecerán la pena, más allá de que a día de hoy no haya una fecha concreta para la vuelta a la actividad. Todo llegará.
Además, cabe señalar que hay espacios privados o asociativos que, como es lógico, están cerrados este mes de agosto, aunque volverán según arranque septiembre. Pasa así con Zas Kultur, ¶espazioa y La InKieta 34, por citar algunos ejemplos en la capital alavesa.
De la calle Francia a la colina
En lo que respecta a los espacios públicos, Artium es el museo que mayor número de exposiciones comparte con el público, más allá de las programaciones especiales que ofrece en verano, sobre todo pensando en sus visitantes de menor edad. Hay que aprovechar con las muestras presentes ahora porque el inicio del nuevo curso va a significar su cierre.
Es más, el mismo 1 de septiembre se despedirá Edonor denok inor ez. Procesos de institucionalización de la educación artística en el País Vasco, 1978-1991. Se trata de la segunda parte del proyecto que se está llevando a cabo en torno al arte y sus hitos en el ámbito educativo de Euskal Herria a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Muchas de las propuestas se despedirán del público a lo largo de septiembre para dar paso a la programación del nuevo curso
A finales de septiembre también se despedirán otras dos muestras, esta vez con nombre propio. Sucederá así con Entresaka, de Ibon Aranberri. Se trata de un proyecto compartido por parte de Artium con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en torno a la trayectoria del artista guipuzcoano. También con Unform, exposición dedicada al trabajo de la artista barcelonesa Patricia Dauder.
Antes de que otoño se empiece a dibujar de la mano del creador gasteiztarra Joxerra Melguizo y del homenaje a Eduardo Chillida dentro de los actos que conmemoran el centenario de su nacimiento, bajará el telón también Nestor Basterretxea. Archivo, en la que se está compartiendo parte de la importante y voluminosa donación que la familia del autor vizcaíno ha realizado al museo alavés.
Por cierto, que Basterretxea –de quien también se recuerda en este 2024 el centenario de su nacimiento– es protagonista por partida doble en Gasteiz. En lo alto de la colina, en el antiguo Depósito de Aguas se puede ver hasta final de verano su Serie Cosmogónica Vasca. Sin salir de Montehermoso, además, la instalación auidovisual El hombre orquesta, de Jesus Pueyo, que se cerrará el 29 de septiembre. Unos días antes, el 15, bajará el simbólico telón Lágrimas de cocodrilo, un trabajo con el que Paula Huarte ha conseguido llamar la atención de quienes están pasando por el centro cultural.
Otros espacios
No muy lejos, en la librería Zuloa, sigue abierta otra muestra que está atrayendo muchas miradas. MusiCulture To The Front: Volume 1 by Music Snapper es todo un diario de la vida cultural de Vitoria y Álava durante los momentos de restricciones derivadas de la presencia del covid-19. En total, se presentan 600 imágenes captadas por Stuart MacDonald.
Sin salir del Casco Viejo, cabe recordar que el festival Komedialdia –que se celebrará este año en octubre– y Álava Medieval están compartiendo en el Bibat la muestra Crayón, tras los pasos de un dibujante oculto, una propuesta que profundiza en la figura del ilustrador vitoriano Joaquín Olaguibel Urbina.
Otro de los puntos de referencia de la Red Foral de Museos es el Bellas Artes de Álava, que también está presentando estos meses dos exposiciones temporales, más allá de la muestra permanente. Por un lado, está Trayectorias, que reúne a Juan de Echevarría, Gustavo de Maeztu y de Ángel Olarte, pintores con trabajos en su mayoría realizados durante el primer tercio del siglo XX.
Por otro, se encuentra María Antonia Proietti, la modelo italiana, que cuenta con obras de Ignacio Díaz Olano y Fernando de Amárica, siendo el nexo de unión, como indica el título, la figura de esta mujer, llegada a Vitoria en 1896, ciudad que abandonó un decenio después.