Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez, la serie basada en el mediático caso real, acaba de llegar a Netflix no exenta de polémica. Y coincidendo con su lanzamiento, Kim Kardashian visitó el centro correccional Richard J. Donovan el pasado sábado para hablar de la reforma del sistema penitenciario con los reclusos. Entre los presos se encontraban los hermanos Menendez en cuyo caso se basa la nueva entrega de la antología sobre asesinos reales creada por Ryan Murphy. Precisamente uno de los protagonistas de Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez, Cooper Coch, que encarna a Erik en la ficción, acudía también a la prisión junto a la 'celebrity'.

Según informó TMZ, la modelo y empresaria, que ya ha mostrado en repetidas ocasiones su compromiso con una reforma criminal en Estados Unidos, estuvo acompañada por su hermana Khloe Kardashian, su madre Kris Jenner y el productor Scott Budnick, además del mencionado Coch. Uno de los temas tratados con los reclusos fue una estrategia llamada Greenspace enfocada a mejorar los patios de las cárceles y dirigida por los hermanos Menendez.

Lyle y Erik fueron condenados en 1996 por los asesinatos de sus padres, José y Mary Louise 'Kitty' Menendez y el pasado jueves 19 de septiembre llegó a Netflix una adaptación televisiva del caso, dirigida por Murphy e Ian Brennan. En respuesta al estreno, Erik no dudó en cargar contra la ficción y sus responsables.

 "Lo digo con el corazón encogido, creo que Ryan Murphy no puede ser tan ingenuo e inexacto sobre los hechos de nuestras vidas como para hacer esto sin mala intención", reza el comunicado de Erik, publicado en X (antes Twitter) por su mujer, Tammi.

"Es triste para mí saber que la representación deshonesta de Netflix de las tragedias que rodean nuestro crimen han llevado las dolorosas verdades varios pasos hacia atrás", se expone en la publicación. Y es que, mientras que la acusación alegó que buscaban heredar la fortuna familiar, los hermanos afirmaron -y siguen afirmándolo hoy en día, mientras cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional- que sus actos se debieron al miedo que sentían tras toda una vida de abusos físicos, emocionales y sexuales a manos de sus padres.

Debido a evidencias que señalan en dirección a los alegados abusos, después de 17 años el caso parece haber resucitado y, aunque las posibilidades de que los hermanos sean puestos en libertad sean escasas, según declaraciones del abogado Mark Geragos, recogidas por People, estos se muestran "cautamente optimistas".