La marcha de Codi Miller-McIntyre rumbo al Estrella Roja deja cojo el timón del Baskonia. La salida del jugador de Carolina del Norte hacia Belgrado, unida a las de Chris Chiozza y Jordan Theodore, que se produjeron hace semanas, ha provocado que el puesto de base en el conjunto azulgrana se encuentre huérfano a estas alturas.
No hay nadie al frente de la dirección del juego en nómina aún, lo que obliga al club del Paseo de Zurbano a reconstruir una vez más esa posición crítica sobre la cancha.
Y es que no es nueva la fuga de los encargados de llevar el timón en la escuadra gasteiztarra estos últimos años. Buena prueba de ello es que en las últimas cuatro temporadas el conjunto vitoriano se ha visto obligado a renovar por completo los integrantes del puesto de base. Todo ello, ante la imposibilidad de retenerles en la capital alavesa tras ser tentados por otros clubes poderosos de la Euroliga como ha ocurrido este curso con Codi Miller-McIntyre.
El Baskonia sufrió hace un verano la salida de Darius Thompson rumbo al Efes, el anterior no había podido retener a Wade Baldwin, quien puso rumbo a Tel Aviv para jugar en el Maccabi, mientras que al término del ejercicio 2020-21 fueron Pierria Henry y Luca Vildoza los que dejaron el Buesa Arena, el primero rumbo a Estambul tras firmar por el Fenerbahce, y el segundo hacia Nueva York tras ser reclutado por los Knicks en el mes de mayo.
A todos estos grandísimos jugadores que aprovecharon el trampolín del Baskonia para relanzar sus carreras, les acompañaron los jugadores que tuvieron como escuderos en el puesto de base en sus respectivos ejercicios, tal y como ha ocurrido en la presente temporada donde salen del club de una tacada Miller-McIntyre, Chiozza y Theodore.
Vildoza, el último de un año a otro
En la campaña 2022-23, en la que a mitad de curso el club se vio sacudido con la suspensión de Pierria Henry, dejaron el Baskonia en junio su relevo, Max Heidegger, y el ya citado Darius Thompson.
En el ejercicio 2021-22, además del adiós del IV de los Baldwin, también se produjo la salida del conjunto alavés de Jayson Granger, mientras que la temporada anterior, la 2020-21, fueron tres los bases que tras estar a los mandos del timón durante el curso dejarían el club al cierre en verano, los ya citados Vildoza y Henry y el temporero Quino Colom.
Queda claro que no hay continuidad en la dirección del Baskonia. Un timón discontinuo, en el que los relevos son constantes de un tiempo a esta parte. Y es que antes no era así.
Salvo en los cursos 2015-16 y 2016-17, en el que al igual que en estos últimos cuatro años el club azulgrana se vio obligado a renovar por completo el puesto de base tras la salida al término de dicha campaña de sus directores de juego, el Baskonia casi siempre ha mantenido al menos a uno de los bases en el resto de temporadas desde el ejercicio 1997-98. Casi nada.
Dos cursos con James y Adams
Mike James y Darius Adams, que estuvieron al frente del timón baskonista las temporadas 2014-15 y 2015-16, dieron el relevo en el verano de 2016 a Larkin, Prigioni y Rafa Luz, quienes solo estuvieron esa temporada 2016-17 como azulgranas, obligando a una nueva remodelación en el puesto de base.
Ese verano de 2017 llegaron a Vitoria Huertas, Vildoza y Granger, un trío que permaneció a los mandos de la nave baskonista otra temporada más, quedándose el argentino una tercera, la 2019-20, que acabó con el título de liga en la burbuja de Valencia. Continuidad.
La que tuvo el Baskonia con sus bases, una posición clave desde finales de siglo XX y los inicios del XXI. No hay más que mirar lo sucedido en aquellas temporadas. Elmer Bennett, que llegó en el ejercicio 1997-98 para compartir la dirección del juego baskonista junto a Millera, permanecería en la capital alavesa la friolera de cinco temporadas.
En ellas formó dupla primero con el base catalán durante dos años y con Chris Corchiani los tres siguientes hasta la campaña 2001-02 en la que también actuaría de base en el Baskonia el griego Charisis.
La fidelidad de Prigioni: 6 años
La temporada siguiente, la 2002-03, hubo un relevo completo en el puesto de base tras dar los mandos a Iván Corrales y a José Manuel Calderón.
El base extremeño permanecería dos temporadas más formando dupla en la dirección azulgrana junto a Prigioni, que continuó en el Baskonia otras cuatro campañas más prolongando así su estancia en el club vitoriano un total de seis ejercicios seguidos.
El argentino fue el vínculo que permanecía en el vestuario del Buesa año tras año. Tras la marcha de Calderón a la NBA en el verano de 2005, el albiceleste compartiría el timón azulgrana con Roko Ukic en el curso 2005-06, con Zoran Planinic los dos siguientes y con Vlado Ilievski y John Lucas el ejercicio 2008-09, el último de su primera etapa.
Al término de esa campaña se produjo otra reconstrucción completa, la última, tras la llegada al conjunto vitoriano en la campaña 2009-10 de Milt Palacio, Marcelino Huertas y Pau Ribas.
Los tres directores de juego de ese curso 2009-10 repetirían en la 2010-11, mientras que Ribas fue el único de ese trío que llegó hasta el ejercicio 2011-12, cuando compartiría la dirección azulgrana con Prigioni.
Ninguno de los dos permanecería en el club tras el verano obligando a un nuevo relevo en la campaña 2012-13, en la que el puesto de base lo ocuparon Omar Cook y Thomas Heurtel, permaneciendo el francés hasta el curso siguiente en la que compartió galones en la dirección con Alex Renfroe. Había continuidad, ya que el Baskonia siempre conseguía retener al menos a uno de sus bases de cara a la siguiente campaña. Ahora toca reconstruir todos los veranos el timón mucho más de lo que el club desearía.