El canterano del Baskonia, Ondrej Hanzlik, regresará este verano a Vitoria después de una cesión en el Real Betis que, si bien le ha permitido contar con minutos y continuidad en un equipo fuerte de LEB Oro, no ha sido suficientemente fructífera como para pensar que pueda formar parte del primer equipo azulgrana la próxima campaña.
El escolta checo de 22 años se unió a la cantera baskonista en el verano de 2016 con un contrato de ocho temporadas que finalizaba este verano de 2024, pero, según ha podido saber este periódico, el club y el jugador ampliaron su vinculación hasta 2025 al acordar una de sus recientes cesiones, por lo que aún tiene por delante un año más como baskonista en el que intentará demostrar que sigue siendo una pieza con potencial para entrar en los planes de primer equipo en el futuro.
De momento, no ha tomado una decisión de cara a la próxima temporada y está a la espera de que el Baskonia encuentre entrenador para definir sus próximos pasos, pero todo apunta a una nueva cesión en busca del protagonismo que difícilmente tendría en Vitoria y minutos con los que seguir progresando.
Etapa en el Betis
Después de pasar la campaña 2022-23 cedido en la ACB con el Girona, donde no tuvo demasiadas oportunidades, Hanzlik dio un paso atrás al regresar a LEB Oro con el objetivo de dar después dos pasos al frente, pero sus números no han resultado convincentes. Concretamente, ha disputado 31 encuentros con el conjunto andaluz en los que ha promediado 2,9 puntos, 2 rebotes y 0,6 asistencias para 3,3 créditos de valoración en 15 minutos por choque.
El canterano azulgrana ha estado bien en los tiros de dos con un 64,3% de acierto (18/28), pero en el triple, desde donde procede el mayor volumen de sus lanzamientos, se ha quedado en un pobre 21,5% (14/65). Sí que ha tenido mayor confianza en la línea de personal con un 92,3%, aunque apenas ha lanzado tiros libres (12/13).
En su anterior experiencia en LEB Oro, en el curso 2021-22, estuvo mucho mejor en el Juaristi con 10,4 puntos, 3,3 rebotes, 1,5 asistencias y 9,5 créditos de media, aunque no es comparable la exigencia de un equipo y el otro. En su experiencia en la ACB con el Girona en la temporada 2022-23 registró 2,1 puntos y 0,8 rebotes en 22 partidos a una media de 8 minutos por encuentro.
Dificultad para fabricar cupos
Si finalmente Hanzlik vuelve a probar suerte en otra nueva cesión, será probablemente la última oportunidad de convencer al club de que tiene hueco en Vitoria. Es cierto que hasta el momento no ha demostrado tener el nivel suficiente para la alta exigencia de un club como el Baskonia, pero otros jugadores como Tadas Sedekerskis también tuvieron dificultades hasta que se asentaron en el primer equipo. El lituano, de hecho, vivió su eclosión en el curso 2020-21 bajo el mando de Ivanovic y con 22 años, precisamente los que tiene Hanzlik ahora.
En cualquier caso, las oportunidades se acaban para los jugadores de su generación (Pavel Savkov está en una situación similar y Sidy Cissoko dio el salto directamente a la NBA el curso pasado) y ya empiezan a asomarse otras perlas de la cantera como Ousmane Ndiaye (20 años), Vit Hrabar (18), Aleksandr Savkov (18) o Limamoulaye (18).
Encontrar jugadores de formación de nivel para cumplir con los cuatro cupos que exige la normativa de la ACB resulta difícil y caro para el club, que está intentando producir los suyos propios fichando jugadores jóvenes prometedores y desarrollándolos en sus categorías inferiores.
Sin embargo, estas apuestas últimamente no le están funcionando al Baskonia, como se ha visto en casos como Arturs Kurucs, Miguel González y ahora Ondrej Hanzlik y Pavel Savkov. Cuando realmente destacan, sin embargo, la agresiva red de la NBA y el baloncesto universitario estadounidense se los lleva al otro lado del Atlántico como sucedió con Cissoko, por lo que resulta complejo encontrar ese equilibrio de jugadores útiles para Europa, pero que no destaquen lo suficiente como para atraer el interés de Estados Unidos.