Era su hora y no falló. Chris Chiozza estaba ante su gran oportunidad de demostrar que es un base válido y lo hizo. La baja por lesión de Codi Miller-McIntyre, un fijo e intocable para Ivanovic, le dejaba solo ante el peligro

Relegado a un segundo plano durante buena parte de la temporada, debía de dar un paso adelante y lo dio. El director de juego norteamericano firmó su mejor partido como azulgrana desde que llegó en noviembre y demostró que cuando le dan confianza puede ser un base de garantías.

Chiozza aprovechó sus minutos. A lo grande, además. Y es que el director de juego de Tennessee acabó con sus mejores números desde que llegó a Vitoria.

Anotó 15 puntos, su tope esta temporada, con unos excelentes porcentajes del 60% en tiros de campo –3/5 en tiros de dos y en triples–.

Tope de asistencias

Además, igualó su tope de asistencias del curso con siete, logrado en marzo en el ajustado triunfo ante el Zaragoza y ayudaría con tres rebotes y un robo de balón para una excelente valoración final de 19 créditos.

Un registro este último notable. Su récord de la temporada también y muy por encima de su media en la ACB que estaba en unos pírricos 3,4 puntos de valoración. Chiozza pasó de estar en el ostracismo a convertirse en un jugador clave en el transcendental partido ante el Murcia.

Gran personalidad

Un líder en la cancha. Con personalidad para asumir el mando, llevar el ritmo, marcar el tempo al partido más acorde para los intereses del Baskonia y de paso asumir la responsabilidad para anotar cuando el equipo lo necesitaba. Salvo algún que otro despiste y varias perdidas evitables, Chiozza firmó una actuación más que notable.

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En imágenes: Así se ha vivido en el Buesa Arena el Baskonia - UCAM Murcia. ¡Búscate en las fotos! Pilar Barco

Sus sensaciones fueron mejores incluso que sus números. No hay más que ver lo que sufría el equipo durante sus descansos.

El director de juego azulgrana jugaría 27:33 minutos, casi el triple de los que venía protagonizando hasta la fecha cuando pasaba por poco de los 10. El equipo se caía con las entradas de Theodore y volvía a recuperarse con el regreso de Chiozza.

Canastas de costa a costa. Un jugador vertical que rompía la defensa con su dribling y aprovechaba para asistir a los tiradores o anotar con bandejas cerca del aro. Hábil para generarse sus triples con su calidad para zafarse de sus rivales, vivo para robar balones y correcto en labores defensivas. Un Chiozza desconocido hasta la fecha.

No en vano, tiró del carro cuando el equipo le necesitó y dejó algún que otro detalle de calidad, como un pase de 'quaterback' en el último cuarto a Sedekerskis.

Una pieza clave de un equipo mucho más físico e intenso del que se pudo ver el otro día en el Buesa Arena ante el Girona. Buena prueba de ello es que el cuadro catalán le endosó la friolera de 37 puntos en el primer cuarto y en esta ocasión dejó en solo 31 a todo un Murcia, que aspiraba a ser cuarto, en la segunda parte.