Una de las noticias positivas que dejó el, a la postre, infausto derbi vasco de Miribilla fueron los buenos minutos protagonizados por Chris Chiozza, un base en el ojo del huracán desde el anuncio oficial de su incorporación por parte del Baskonia el pasado 1 de noviembre tras una interminable espera para reforzar una posición coja.
El base nacido en Memphis ha sido rescatado del ostracismo por Dusko Ivanovic durante la última fatídica semana saldada con tres derrotas consecutivas en Belgrado, Kaunas y Bilbao.
Para vestirse de corto en la capital vizcaína, Chiozza fue dado de alta por el club vitoriano sobre la bocina. El proceso vírico sufrido por Markus Howard abrió la puerta a la entrada de un nuevo jugador en el roster al permitirlo la legislación vigente.
Chiozza, elogiado por el preparador montenegrino tras consumarse el 82-80 definitivo, cuajó una de sus mejores actuaciones con la elástica azulgrana en el derbi.
Al margen de cumplir a nivel estadístico (10 puntos con 3 de 6 en tiros de campo y 3 de 3 en tiros libres, además de tres rebotes, tres asistencias y dos robos para 16 créditos de valoración), formó una buena pareja con un Miller-McIntyre desplazado al puesto de dos y metió muchas manos en defensa. En el lado negativo de la balanza, el acierto exterior se le resistió en sus dos intentos desde más allá del 6,75 en un tramo crítico del encuentro.
Chiozza ha presentado así sus credenciales para hacerse un hueco en la rotación de bases, donde nadie pone en cuestión la jerarquía de Miller-McIntyre y Theodore está perdiendo algo de peso en los esquemas de Ivanovic.
El entrenador montenegrino ha abierto definitivamente la mano en la demarcación donde más alternativas dispone en la actualidad para elegir. Durante varios minutos de los últimos compromisos, la apuesta por dos directores es una realidad en aras de favorecer una mejor circulación de balón, buscar situaciones de ventaja y poder conseguir tiros liberados.
Un minutaje significativo
Con Chiozza o Theodore llevando la manija del Baskonia, Miller-McIntyre se desplaza al 'dos' y así también dispone de aclarados para jugarse un uno contra uno. En dichas situaciones dispone de grandes condiciones físicas para colar el balón en el aro aprovechando la potencia de sus piernas y la velocidad en sus penetraciones.
Así sucedió en el epílogo en Miribilla cuando el base nacionalizado búlgaro rubricó dos canastas providenciales que permitieron al equipo alavés soñar con la victoria. A renglón seguido, el aguijón mortal de necesidad de Kullamae frustró las esperanzas azulgranas.
Si Chiozza cotiza al alza en los últimos tiempos, el rendimiento de Theodore describe una línea descendente. Ivanovic no es ajeno a ello y el desigual minutaje de ambos está resultando significativo.
Mientras Chiozza ha disputado 36 minutos entre los tres últimos partidos, Theodore ha debido conformarse con algo menos de 21, siendo por ejemplo significativos los tres minutos jugados ante el Zalgiris o los seis frente al Bilbao Basket.
El que sigue sometido a un desgaste sobrehumano, por otro lado, es Miller-McIntyre, un coloso que todavía no emite síntomas de agotamiento en una temporada superlativa a todos los niveles. En el derbi se metió entre pecho y espalda la friolera de casi 35 minutos, pero ello no fue óbice para que estuviera a punto de brindar la victoria.
A corto plazo, Ivanovic afronta un dilema en la dirección en la ACB. Si en la Euroliga no existe discriminación por nacionalidades, el Baskonia deberá seguir descartando a uno de sus doce jugadores sanos en el frente doméstico.
La ficha de Howard volverá a ser activada de cara al próximo compromiso liguero ante el Zaragoza –en concreto el sábado a las 20.45 horas– y el técnico montenegrino deberá escoger entre Theodore y Chiozza. Hasta hace poco no existían dudas acerca de la elección, pero ahora el panorama ha cambiado.
