La vida de Chris Chiozza en el Baskonia ha dado un cambio radical en las últimas dos semanas, en las que ha pasado de ser el último jugador del banquillo azulgrana a convertirse en el segundo base de Dusko Ivanovic y recambio habitual de Miller-McIntyre.

El ex del UCAM Murcia, que llegó a Vitoria-Gasteiz el pasado mes de noviembre de la mano del fichaje de Ivanovic, ya ejerció como base suplente de Miller-McIntyre desde entonces hasta mediados de enero. Aunque sus actuaciones no fueron muy convincentes, sí que se mostró al menos más sólido que Nico Mannion y fue ganando progresivamente confianza hasta que el 14 de enero, en la visita del Baskonia a Manresa, sufrió una lesión del ligamento interno de su rodilla derecha cuando pasaba por su mejor momento.

A su inoportuna lesión se le unió el fichaje de Jordan Theodore, el tercer base que el Baskonia llevaba buscando desde la salida de Mannion. El veterano director de juego con pasaporte macedonio, hombre de plena confianza de Dusko Ivanovic tras haber coincidido en el Besiktas turco, aprovechó la ausencia de Chiozza para asentarse como segundo base en la rotación.

Sus primeras actuaciones, de hecho, fueron muy convincentes, demostrando gran confianza en su juego y adaptándose desde el primer minuto al esquema y al estilo de juego del conjunto gasteiztarra. Con paciencia en ataque, buena toma de decisiones, capacidad para penetrar y anotar cuando el partido lo requería e implicación defensiva, Theodore se ganó pronto participaciones de alrededor de 15 minutos durante los descansos de Miller-McIntyre, llegando a ser en ocasiones la primera opción de Dusko cuando Codi no estaba entonado.

Ya sea por ello o porque le costó recuperar ritmo y sensaciones tras su lesión, Chiozza sólo jugó un minuto desde el 14 de enero hasta el 16 de marzo, y lo hizo en un encuentro cómodo para los alaveses como fue la visita del Asvel al Buesa Arena el 8 de febrero (94-80). Se convirtió en invisible para Ivanovic y en el descarte habitual en la ACB siempre que el resto de sus compañeros estaban sanos.

Giro ante el Granada

En este contexto, Chiozza parecía condenado al ostracismo hasta el final de la temporada, pero su persistencia y el no poner nunca una mala cara pese a su escaso protagonismo tuvo premio en el duelo de ACB del 16 de marzo ante el Granada, cuando todo empezó a cambiar para él.

La baja de Rogkavopoulos por enfermedad hizo que Chiozza regresara a una convocatoria de ACB. Theodore, cuyas prestaciones han caído notablemente desde el parón de dos semanas que tuvo el equipo por la disputa de la Copa del Rey y de las ventanas FIBA, no tuvo una buena entrada a cancha al perder un balón y cometer tres faltas personales en cuatro minutos de juego.

En consecuencia, para la segunda parte Ivanovic se acordó de la presencia de Chiozza en el banquillo y apostó por él como base de recambio para Miller-McIntyre, con mejores resultados y mayor claridad en la dirección.

Tras ello, Ivanovic siguió apostando por Theodore como base suplente predilecto, pero en la semana de triple salida a Belgrado, Kaunas y Bilbao el que el macedonio fuera el primero en entrar a cancha y tras sus errores fuera Chiozza quien tomara la batuta se convirtió en una constante. De hecho, fue en Miribilla cuando Chiozza le dio la vuelta a la tortilla definitivamente, ya que tras seis minutos nefastos de Theodore con -3 de valoración, Chiozza protagonizó su actuación más completa como baskonista al registrar 10 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 16 créditos de valoración.

Cambio de roles

Desde entonces, Theodore no ha vuelto a jugar, Ivanovic sorprendió alineando a Chiozza como base titular en el importantísimo encuentro contra el Anadolu Efes y en el último compromiso contra el Zaragoza se confirmó el sorpasso cuando Theodore fue el descarte en la convocatoria azulgrana.

El de Tennessee disputó de nuevo buenos minutos al timón y volvió a demostrar ser un fantástico pasador al repartir siete asistencias en 17 minutos de juego. Esta creatividad es sin duda la mejor cualidad de Chiozza, que también está mostrando una buena actitud defensiva y manos rápidas para intentar compensar su baja estatura en defensa. 

Si además logra mejorar sus números en el triple, el director de juego norteamericano puede asentarse definitivamente como un recambio de garantías para Miller-McIntyre en este tramo final de la temporada. Eso sí, no puede relajarse, ya que Ivanovic ha dejado claro que, al menos en esta cuarta etapa en el club, no hay ningún intocable para él.