El parón de selecciones de noviembre es siempre la última llamada para que los clubes cierren esas tareas que, con fecha de caducidad en enero, aún tienen pendientes. En el caso del Deportivo Alavés, la mayoría de esos deberes están relacionados con el futuro de varios de sus futbolistas, entre los que sobresale el nombre de Abdel Abqar, ahora con su selección.
El central marroquí, fichado del Málaga en 2020, es hoy una pieza clave en las alineaciones de Luis García Plaza y, con 25 años, debería ser piedra angular en los planes del club babazorro a medio-largo plazo. El problema, claro está, es que acaba contrato el próximo 30 de junio, por lo que podría negociar libremente con otros equipos en cuanto arranque 2025.
Las últimas informaciones, ofrecidas por su propio agente hace tres semanas, apuntaban a que la incógnita se resolvería pronto y que lo haría, además, de manera positiva, sellando la renovación. Sin embargo, no ha habido más noticias desde entonces y es por ello que la afición teme que los famosos flecos hayan embarrado el tema.
Lo positivo, al menos, es que el Alavés no tiene tantos problemas en el centro de la zaga como sí los hay en otras zonas. El fichaje de Santi Mouriño, si bien no está jugando todo lo que le gustaría, y la irrupción de Adrián Pica aportan tranquilidad a futuro, pues son jóvenes con mucho talento y potencial. Solo hace falta tener paciencia con ambos.
SEDLAR Y KIKE
Otro de los que, aparte de Abqar, finaliza contrato en 2025 es Aleksandar Sedlar, a quien el Glorioso, cabe recordar, renovó tras caer lesionado de gravedad. Su continuidad, visto lo visto hasta ahora, dependerá en gran parte de cómo rinda en los próximos meses. Volvió bien, pero ha ido a menos en las últimas semanas fruto de molestias físicas.
Sedlar, eso sí, tiene claro que esperará al Alavés el tiempo que haga falta. Es en Vitoria-Gasteiz donde ha ofrecido su mejor versión y, siempre que se le ha preguntado sobre el futuro, ha manifestado su deseo de retirarse en Mendizorroza. De momento, ya está al cien por cien para volver a competir por un puesto en el once de Luis García.
En esa misma situación, aunque pudiendo demostrar más sobre el césped, está Kike García. Pese a que cumplirá 35 años en unos días, el obrero del gol sigue siendo un futbolista de Primera División y, como al central serbio, también le gustaría renovar con el Glorioso. Nunca ha escondido lo cómodo que se siente en el norte y como babazorro.
En su caso, considerando que el rendimiento es notable, la decisión de renovarle o no la marcará el proyecto que Sergio Fernández tenga en la cabeza. Si la intención del leonés es construir a largo plazo, el manchego se quedará sin sitio. Si, en cambio, se valora contar con un perfil experimentado, muy implicado y de equipo, no debería haber dudas sobre él.
FACUNDO GARCÉS
No obstante, la cuenta atrás en los despachos no es solo para las renovaciones de urgencia. Otro de los nombres que está sobre la mesa del director deportivo albiazul es el de Facundo Garcés: si bien su fichaje ya está acordado, interesa traerlo a la capital vasca lo antes posible para así acelerar su adaptación tanto física como conceptual.
La idea del Alavés siempre ha sido que el defensor argentino se ponga a las órdenes de Luis García antes del 1 de enero; pero el permiso para ello depende del Colón. Cada día de entrenamiento cuenta para alguien que no ha jugado en todo 2024 y, de momento, Garcés sigue en Argentina, aun habiendo cerrado ya el curso los de Santa Fe.
MERCADO DE INVIERNO
Sergio Fernández, por otro lado, tampoco puede perder de vista el mercado de invierno. Aunque, a día de hoy, el técnico madrileño cuenta con dos futbolistas por puesto, sería extraño que el club gasteiztarra no se reforzara todavía más en enero para dar un paso adelante en los puestos donde el nivel ofrecido no está siendo el esperado.
La poca participación de algunos futbolistas, entre los que destacan los nombres de Luka Romero y Asier Villalibre, bien merece una reflexión. Más aún si el Alavés necesita abrir la puerta de salida para permitir entradas. Mucho tendrá que ver en esto último el margen restante en el límite salarial después de la última ventana estival.