El Deportivo Alavés anunció este jueves de forma oficial lo que era un secreto a voces: el traspaso de Santiago Mouriño al Atlético de Madrid. El club colchonero dio luz verde a la opción de recompra con la que el defensa uruguayo aterrizó la pasada temporada en Vitoria.

El central de 23 años, que recaló en el Paseo de Cervantes por una cifra cercana a los tres millones de euros, regresa ahora a Madrid por un millón más después de que el conjunto colchonero haya ejecutado la cláusula de recompra que se incluyó a su llegada a Vitoria.

Eso sí, lo hace no para incluirlo en su plantilla, sino para obtener rédito económico por su venta al Villarreal que abonará una cifra cercana a los 10 millones de euros a la entidad rojiblanca. 

No en vano, el Submarino Amarillo, tras la grave lesión de su zaguero Logan Costa, ha visto en el uruguayo un jugador de garantías para que pueda suplir esta baja de larga duración y se ha lanzado a por su fichaje, algo que ha trastocado los planes de un Alavés que confiaba en su continuidad en Vitoria.

Clave en la permanencia

El futbolista fue una de las grandes y agradables sorpresas durante el curso pasado. En su estancia en el club gasteiztarra, Mouriño disputó un total de 2.056 minutos repartidos en 27 partidos oficiales, 25 de ellos en Primera División y dos más en la Copa del Rey.

Tras la lesión que mantuvo alejado del equipo a Abqar, el uruguayo se afianzó en el centro de la zaga alavesista, donde junto a Facundo Garcés formaron una gran dupla que facilitó la permanencia del equipo.

De hecho, la salida de Mouriño provoca que Garcés se haya quedado sin su pareja en la retaguardia del equipo, por lo que el Alavés tiene la necesidad de salir al mercado en busca de un sustituto de garantías.

El mercado de agosto

La directiva albiazul encara este último mes de agosto con la búsqueda de los últimos retoques a una plantilla que sin Panichelli y sin Mouriño debe salir al mercado a reforzarse.

Por otro lado, con la tarea del central y el delantero ya en la libreta, el Glorioso confía en poder retener al resto de sus piezas importantes de aquí al final del mercado y evitar más contratiempos.