No fue el regreso soñado. De hecho, a los tres minutos Aleksander Sedlar ya había visto una tarjeta amarilla algo rigurosa tras placar a Aitor Ruibal en la línea divisoria cuando este le superaba y a falta de tres para la conclusión vio la roja directa tras derribar a Chimmy Ávila tras golpearle con la mano en el cuello y frenar una ocasión manifiesta de gol con una clara falta, que le mandó al vestuario antes de tiempo.

Tras 294 días en el dique seco, las cosas no comenzaban de la mejor manera para el jugador balcánico. Lesionado el pasado 5 de noviembre tras marcar el gol de la victoria al Almería, el de Novi Sad volvía a los terrenos de juego antes de lo esperado. De hecho, él mismo avanzó durante el 'stage' de pretemporada en Benidorm que confiaba estar listo para septiembre.

Pues bien, la necesidad del equipo, falto de efectivos en la parcela defensiva, obligó a Luis García Plaza a echar mano de Sedlar antes de lo previsto tal y como había insinuado el sábado en la previa el preparador albiazul. “A Sedlar voy a tener que ponerlo o el domingo o el miércoles. Va a existir la obligación”, así fue.

El balcánico estaba de vuelta. De nuevo en el once. Eso sí, el defensa balcánico firmó un regreso un tanto agridulce. La buena noticia es su presencia sobre el terreno de juego después de casi diez meses lesionado. La mala, es su expulsión. 

DE MENOS A MÁS

Al menos, no todo fue negativo para el bravo defensa del conjunto babazorro en su vuelta a los terrenos de juego. Sedlar fue de menos a más.

De inicio acusó su falta de rodaje y de minutos sobre el césped. Algo lento e impreciso. Buena prueba de ello es que comenzó errando un pase a Conechny algo sencillo en la banda.

No acusó el fallo. Siguió a lo suyo tratando de fijar a los puntas de Pellegrini y atento al corte en los balones largos. Sufriendo eso sí en ocasiones la velocidad de sus pares, fruto de su falta de kilómetros en las piernas en competición oficial.

Al menos Sedlar tiro de veteranía para suplir esa falta de ritmo. Bien colocado, el central serbio supo dar solidez a la zaga. Un partido serio, en el que demostró ser de nuevo un seguro de vida capaz de corregir las lagunas de Abqar, su compañero en la zaga, cuando este perdía su posición.

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En imágenes: Primer partido de Liga en Mendizorroza entre el Alavés y el Real Betis Jorge Muñoz

Tras arrancar algo perdido, lejos de sus pares y sufriendo en las jugadas aéreas a balón parado, se fue asentando a medida que pasaban los minutos. Según avanzaba el partido, Sedlar iba ganando en confianza y pareciéndose a ese jugador que fue clave en el ascenso. Ese defensa infranqueable hasta que cayó lesionado.

Así se pudo ver al borde del descanso cuando rebañó un balón a un incisivo Aitor Ruibal cuando este se iba solo desde el medio del campo a la portería de Sivera. Hábil y listo en el corte. Avanzando siempre lo que iba a pasar. Clave.

El saber anticiparse evitó más de un disgusto al equipo. Acercándose poco a poco a ese jugador que era toda una garantía en defensa.

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En imágenes: Ambiente albiazul en el primer partido liguero en Mendizorroza Jorge Muñoz

Un futbolista listo, que suplió sus carencias físicas, con colocación. Gracias a su saber estar y su excelente posicionamiento en el terreno de juego pudo salir airoso de un par de enfrentamientos directos.

Queda claro que aún le falta para ver la mejor versión de Sedlar, pero va dando pasos. No fue su regreso soñado, pero al menos ya ha dado el primer paso para ver al Sedlar que toda la afición albiazul espera.