Washington. El Tea Party trata de lidiar con el escándalo causado en Estados Unidos por uno de los suyos, el legislador Todd Akin, con sus ideas sobre la violación, poco antes de la Convención Republicana en la que el movimiento conservador busca reforzar su poder en el partido. Pese a desatar una tormenta política al asegurar que una mujer que sufre una violación tiene mecanismos naturales para no concebir, por lo que si queda embarazada no se justifica el aborto, Akin insistió ayer en que no se retirará de la carrera por un escaño al Senado federal por el estado de Misuri.

El escándalo llega en mal momento para el Tea Party, que acude a la Convención Republicana de la próxima semana en Tampa (Florida) con más peso en el partido y aliados clave al más alto nivel, como el candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos, Paul Ryan. Akin ha irrumpido con fuerza en la campaña electoral y está poniendo en aprietos al movimiento ultraconservador. El congresista es conocido por calificar de "cáncer socialista" el programa de préstamos universitarios y votar en contra de una ley para mejorar la nutrición infantil, y ahora ha enfurecido a los republicanos al hablar de violaciones "legítimas".

Legislador republicano por Misuri desde 2000, Akin, de 65 años, sostuvo el domingo que hay que distinguir entre la violación "legítima", ya que éstas muy raras veces generan un embarazo, y otro tipo de violaciones que no concretó. Los comentarios de Akin, que se opone radicalmente al aborto, revolucionaron inmediatamente la campaña, obligando al Partido Republicano a rechazar sus opiniones y pedir su retirada de la contienda por un escaño al Senado por Misuri. Sin embargo, Akin ha hecho gala de la insubordinación que le afama al asegurar, horas de que finalizara el plazo para su retirada voluntaria de la contienda, que continuará en la campaña pese a la postura de su partido.

El legislador de Misuri se ha caracterizado por su conservadurismo radical, rechazando en muchas ocasiones propuestas respaldadas por la mayoría de su bancada. Akin, que lidera uno de los grupos de apoyo al Tea Party, votó, por ejemplo, contra una ley para la investigación y el desarrollo sobre el autismo. Entonces 147 republicanos votaron a favor.

Polémicas Casado desde 1975 y padre de seis hijos, Akin es un ferviente defensor de la independencia del individuo frente al Estado, y lleva hasta las últimas consecuencias el concepto de libertad estadounidense basado en la capacidad del ciudadano para decidir, independientemente de que esa idea apoye o no las políticas de su partido. En 2004 votó contra una ley para mejorar la nutrición infantil, mientras que 217 de sus correligionarios votaron a favor, y en 2009 se negó a apoyar un programa para proveer desayunos en las escuelas al calificarlo de "muy invasivo para los padres". 152 de los suyos apoyaron la propuesta.

"Siempre ha luchado por un gobierno limitado y ha apoyado aquellas autorizaciones que estaban dentro del marco de la Constitución de Estados Unidos", explica su portavoz, Steve Taylor, sobre sus decisiones en la cámara. "Esos son los principios que le guían", remacha. Akin tiene firmes intenciones de continuar su carrera hacia el Senado y hasta el domingo parecía que lo tenía casi hecho. Ni siquiera su aparición el año pasado en un acto del Tea Party empañó su popularidad entre los ciudadanos cuando explicó de forma pormenorizada cómo había conocido a su esposa y cómo habían concebido a sus seis hijos.

Los republicanos, que temen que las declaraciones del senador dañen la campaña electoral de Mitt Romney para las presidenciales de noviembre, tienen más miedo aún de que el Partido Republicano pueda perder la batalla por recuperar el Senado y hacerse así con el control del Congreso tras sus declaraciones. Por eso que han decidido retirarle los fondos de campaña para su reelección. Sin embargo, Akin y sus principios siguen en sus trece: "Misuri necesita un verdadero conservador en el Senado", ha asegurado.