Un cortadón de Iñaki Artola. El principio del final. 28 pelotazos sin bombona de oxígeno. Peio Etxeberria se pone de cuclillas para respirar tras intentar complicar la existencia a un adversario poderoso con tres botivoleas que no le hicieron ningún daño. El navarro, un prodigio físico, chocó contra otro. Muro contra muro. Alguien se tenía que quebrar. Este domingo fue el de Aspe, que iba mandando 1-3 y que acabó encajando una tacada de ocho tantos que mediatizó su encuentro del Astelena de Eibar. Mal asunto. A Artola le rugió el estómago. Olió la sangre. Afiló el colmillo. Poseedor de un sotamano portentoso, el guipuzcoano dio un paso adelante. Peio se encogió. El de Zenotz necesita ritmo, batirse el cobre, rock’n’roll. Peio se abraza al tembleque, la velocidad y la locura. Al frenetismo. Sin embargo, Artola no perdió el timón. Autoritario. 

Ocurre que Iñaki asumió la responsabilidad. Y mandó. Y rompió un partido decisivo que abría las puertas al ganador a la semifinal del Manomanista de Primera del próximo domingo en el Ogueta de Gasteiz. Músculo. Decisiones acertadas. Los únicos errores del alegiarra en todo el partido llegaron de tres derechazos a la hora de atrasar la pelota que se le fueron o bien al fleje lateral o al techo de La Catedral; también hizo algún que otro regalo –por ejemplo, la dejada al ancho a un metro de chapa que supuso el buruzgain del 8-4–, pero la sensación fue de dominio absoluto, de que Etxeberria, sometido, braceaba en busca de su oportunidad y esta llegó en el epílogo y más por fe y arrojo que por la posibilidad real de remontada. Y es que Artola estuvo 14-5 y 16-6 antes de que su rival encontrara sustento en alguna tacada

Iñaki Artola alcanza las semifinales del Manomanista tras derrotar a Peio Etxeberria en el Astelena de Eibar. ARNAITZ RUBIO

El de Baiko supo administrarse. Estuvo incisivo a la hora de acabar, muy sólido en el apartado físico, expuso el perfil seguro y potente de la diestra y se abrochó al sotamano para tomar la iniciativa, cuestión capital en el Manomanista. Rozó la perfección ante un rival incómodo y doblegado. 

Arma de doble filo

Masticando distancias importantes, Artola únicamente sufrió con dos parciales de Peio.

 

El delantero de Aspe cambió el gesto tras el primer descanso largo (12-5). Se asomó al abismo. Receta: valentía, arrojo. A tumba abierta. Un par de pasos al frente. Metrónomo. Un paseo por el cable del funambulista. No surtió efecto, pero apretó. A partir de entonces, su primer yerro llegó con un sotamano arriba. Declaración de intenciones. Artola, jugando de cara y con menor peaje físico, aprovechó la coyuntura. Las urgencias de Peio eran un arma de doble filo.

Iñaki Artola alcanza las semifinales del Manomanista tras derrotar a Peio Etxeberria en el Astelena de Eibar. ARNAITZ RUBIO

Con el 16-6, un error en ataque del zenoztarra, Iñaki cometió su tercer, y último, fallo del partido. A Etxeberria se le hinchó el pecho. Dijo que era el momento. Que si en algún instante le tocaba vaciarse era entonces. Ambicioso y valiente, enlazó sus mejores pelotazos. Sacó mejor y entró a todo. Se acercó 16-10. 

Parar el partido

Artola esperó su oportunidad. Centrado. Veteranía. Mil balazos en el ala. La tuvo en su derecha. Buruzgain (17-10). Tiene dinamita. Y eso es algo que no se compra ni se vende, es un ariete. Un yerro de Peio y un sotamano le impulsaron a tres centímetros del cartón 22. Rompió la placidez un gancho del navarro. El alegiarra se puso 21-11 tras un error de Etxeberria en el sotamano –era lo más normal, jugando a contrapelo y abrochado al cara o cruz en cada golpeo– y un dos paredes en un tanto agónico de 23 pelotazos.

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El representante de Aspe se revolvió cuando pintaban bastos. Maquillaje. Peligro en el Manomanista, que se debate a tacadas. Peio metió un voleón por la pared, incidió con su mejor saque del partido y clavó un gancho al tercer pelotazo. 21-14. Y Artola tomó otra decisión acertada: pedir descanso. Frenó la revolución. El guipuzcoano finiquitó el partido en el txoko. 

Así, Artola repite como semifinalista del mano a mano y se jugará el pase a la final el domingo en el Ogueta ante la sorpresa Larrazabal.