Barcelona. Obras de Toulouse-Lautrec, Boldini, Kokoschka, Munch o Sorolla forman la exposición Retratos de la Belle Époque, que permite recorrer la edad de oro del retrato europeo entre los años 1870 y 1914 en el CaixaForum de Barcelona.

Comisariada por Tomás Llorens y Boye Llorens, en la muestra se incluyen un total de setenta y seis lienzos de una cuarentena de artistas de renombre, de tres generaciones diferentes, que reflejan los cambios profundos que vivió la pintura europea durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Una de las tesis de los comisarios es que el retrato, principal fuente de ingresos y encargos de los artistas, es el género más representativo de esa época, "ilustrando el nuevo individualismo del hombre moderno y el interés por la imagen que proyectaba en su entorno social". A pesar de que se puede ver la historia del retrato durante esos años, Tomás Llorens ha indicado que el discurso expositivo no se plantea de forma cronológica, sino por tipo de retratos, lo que no impide que se vea que "en esos treinta años hay una evolución radical y las obras de Boldini son radicalmente diferentes a las de Kirchner", las últimas que se exhiben en una muestra que se clausurará en octubre. Tomás Llorens ha reconocido que no ha sido fácil poder juntar todas estas obras, pertenecientes a una treintena de museos e instituciones de una docena de países, entre las que destacan el ThyssenBornemisza, el Sorolla, Patrimonio Nacional y la Fundación Casa de Alba; la Galleria Uffizi de Florencia, el Metropolitan Museum de Nueva York o la Tate Britain.