Rafa Villar, una de las novedades del Baskonia para el curso 2025-26, fue presentado este lunes como nuevo jugador azulgrana en una comparecencia en la que se mostró “muy ilusionado para esta nueva temporada, contento de formar parte de este equipo y ansioso de jugar ya en el Buesa Arena”.

Villar, que lleva ya unas semanas en Vitoria, aseguró sentirse ya “como en casa”: “Me han acogido con las manos abiertas. Como grupo, aún no estamos todos, pero creo que estamos formando un gran equipo y un gran vestuario, que es importante también. En cuanto a Paolo Galbiati, su juego y esta nueva filosofía que está implantando, también me siento cómodo y muy contento”.

Su fichaje en verano, con el sello de Xevi Pujol, se concretó por sorpresa cuando su futuro apuntaba a otra dirección, ya que inicialmente parecía que iba a jugar en la liga universitaria estadounidense y luego se dio por hecha su renovación con el Lleida. Hasta que apareció el Baskonia.

“Fue bastante rápido todo. Recuerdo que se estaban acabando los días de poder comunicar a Lleida que me marchaba y fueron unos días intensos de llamadas. Al final, cuando te viene un club como el Baskonia, es difícil decir que no. El club, la historia que tiene, el proyecto que me plantearon y la forma en la que me habían hablado de la entidad me hicieron decidirme y tirar para adelante”, relató Villar, que definió el Baskonia como “un grande de Europa”.

Retos por delante

En cuanto al papel que puede tener el equipo con, en principio, Forrest y el base que resta por fichar por delante de él en la rotación, Villar prefirió no dar importancia a la cuota de minutos y centrarse en lo que está en su mano: “Creo que el punto de partida es hacer lo que el entrenador pida, darlo todo desde el primer momento, ayudar a que el equipo crezca y poder crecer yo también a la vez como jugador”.

En ese sentido, uno de los aspectos en los que deberá dar un paso al frente es en el lanzamiento exterior, donde la pasada temporada promedió un pobre 17% de acierto en la ACB. “Quiero mejorar en esa faceta y estoy trabajando en ello. Creo que es un proceso que no va a completarse de un día para otro y es un proceso largo, pero sin duda es algo que sé que tengo que mejorar para mi futuro y para mi carrera”, admitió.

Sus primeras sensaciones con el equipo después del amistoso disputado a puerta cerrada el pasado viernes ante el Gipuzkoa Basket son positivas, pero aún queda trabajo por delante. “Es un poco difícil sacar conclusiones del primer test, porque fue un partido entre comillas, pero estuvo bien. Nos lo tomamos como un entrenamiento más para seguir mejorando como equipo, para seguir en la trayectoria en la que vamos e ir construyendo poco a poco. Pienso que hicimos un buen trabajo y yo, a nivel personal, me sentí bien. Estoy contento de poder, después de este verano, sentir un poco la presión de volver a jugar”, afirmó el catalán.

Por último, habló del reto que supondrá para él haber pasado en dos años de jugar en Primera FEB a competir en la Euroliga. "Cada uno tiene su tiempo. Me tocó jugar cedido en Lleida en la segunda categoría siendo muy joven, y aprendiendo mucho. El año pasado ya estuve en ACB y este lo afronto igual, intentando ser mejor cada día y ver hasta dónde puedo llegar”, concluyó.