El Efes es un equipo acostumbrado a ir de menos a más. Buena prueba de ello es lo que ha sucedido estas dos últimas temporadas, en las que sus acelerones en la recta final de la temporada le sirvieron para colocarse en una buena posición al término de la fase regular con la que encarar las eliminatorias y después dar la puntilla en la Final Four para adjudicarse el título en las dos últimas ediciones.
Sin embargo, en esta ocasión no solo es que tras casi dos tercios de la fase regular consumidos no esté ya a la altura de los mejores, sino que incluso está teniendo problemas para estar dentro de los puestos de 'Top 8'.
En estos momentos, está fuera de ellos tras ocupar la novena plaza con un balance de diez victorias y otras tantas derrotas, a un triunfo de ese octavo puesto que da acceso a las eliminatorias previas de la F-4, que en estos momentos ocupa el Maccabi, mientras que el cuarteto de líderes –Olympiacos, Real Madrid, Fenerbahce y Barcelona–, le lleva tres cuerpos de ventaja.
Favorecido por la igualdad
Sí que es cierto, que al menos la igualdad que se está viviendo esta temporada en la Euroliga le está permitiendo tener a tiro en casi todo momento al menos ese octavo puesto. Con la calidad que atesora en su plantilla en cualquier momento puede repetir los acelerones del pasado y pegar un subidón espectacular en la clasificación.
Sus tres derrotas consecutivas entre las jornadas quinta y séptima le dejaron en una delicada situación con un balance de dos triunfos y cinco tropiezos
De hecho, este mismo curso ya ha protagonizado uno de ellos. Este irregular Anadolu Efes comenzó de forma muy discreta la temporada. De hecho, sus tres derrotas consecutivas entre las jornadas quinta y séptima frente al Fenerbahce en casa y Bayern y Real Madrid a domicilio le dejaron en una delicada situación con un balance de dos triunfos y cinco tropiezos.
Penúltimo a dos pasos del 'Top 8'
En esos momentos, la tropa de Ergin Ataman ocupaba la antepenúltima plaza igualado con el Bayern y el Panathinaikos, mientras que por detrás tan solo estaba el Estrella Roja con una victoria, justo antes de la llegada de Dusko Ivanovic. Pues bien, tras la derrota ante el conjunto blanco llegó uno de esos típicos arreaones a los que acostumbra el conjunto turco.
La escuadra de Estambul encadenó cinco victorias consecutivas. Lanzados. Barça ante el amparo de su público, Milán y Virtus Bolonia después a domicilio, Olympiacos en casa y el Zalgiris en Kaunas hincaron la rodilla de forma encadenada ante un Efes que al fin parecía ver la luz. Esa racha, permitiría al cuadro de Estambul alcanzar una cómoda sexta plaza y ahuyentar los fantasmas de una prematura eliminación en la fase regular.
Sin embargo, en esa decimotercera jornada con la visita del Baskonia al Sinan Erdem, el conjunto otomano vería cortada su racha. Pues bien, esa derrota no quedaría en un tropiezo puntual. El Efes volvería a las andadas. Incapaz de mantener una línea regular y constante en este curso.
La baja de Larkin
Buena prueba de ello es que tras ese repóker de victorias, el vigente campeón ha ganado tan solo tres partidos y perdido cinco. Irregular. Muy irregular y con la sensación de que no han sido capaces de sobreponerse a la lesión de su estrella Shane Larkin.
La baja del exbaskonista le ha supuesto un notable lastre en el presente ejercicio. El genial director de juego estadounidense había sido su faro y uno de sus principales ejecutores en las dos exitosas campañas anteriores y esta temporada tan solo ha podido jugar ante el Maccabi en la decimosexta jornada y los tres últimos partidos tras permanecer de baja los primeros meses de competición por la fractura en la mano que sufrió en el pasado Eurobasket.
Al menos, Larkin ha vuelto por sus fueros. Sus números así lo demuestran: 10,8 puntos, 4,8 rebotes, 2,8 asistencias, 1,8 robos, 3,5 faltas recibidas y 12,2 de valoración, en estos cuatro partidos, en los que el Efes tan solo ha ganado al Barça, mientras que cayó en Tel Aviv, Valencia y en casa frente al Bayern. En la línea de una convulsa temporada. Son los problemas del bicampeón.