En las botas de Samu Omorodion estuvieron depositadas este martes buena parte de las esperanzas albiazules de acceder a los cuartos de final en la Copa del Rey.

Sin embargo, el delantero melillense volvió a abandonar frustrado y completamente cabizbajo –casi en lágrimas– el estadio de San Mamés. Dispuso de dos ocasiones al comienzo de la segunda mitad para haber subido el tanto del empate y alimentado así las ilusiones de la remontada, pero una vez más se le resistió el gol.

Primero fue Julen Agirrezabala quien interceptó su tiro a bocajarro dentro del área tras un perfecto centro de Parada desde la izquierda. Apenas unos minutos después, también acreditó una escasa puntería ante el marco rival tras un despeje del portero del Athletic a lanzamiento de Simeone.

En San Mamés reaparecieron los fantasmas que le acechan cada vez que dispone de la oportunidad para marcar y romper su prolongada sequía de ya casi dos meses sin conseguir un gol. Samu firmó su última diana el pasado 24 de noviembre ante el Granada y, desde entonces, es un delantero sin confianza al que la portería se le ha hecho diminuta.

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Las mejores imágenes del derbi copero en San Mamés Borja Guerrero y EFE

Su profundo abatimiento al final del encuentro recordó al vivido en aquella infausta visita del Las Palmas a Mendizorroza, donde se sintió el responsable de la derrota albiazul tras malograr varias ocasiones de gol.

Hundido y tapándose el rostro con la camiseta, el punta cedido por el Atlético de Madrid apenas encontró consuelo en sus compañeros y también en los rivales, ya que incluso Óscar De Marcos trató de animarle en un trance de lo más difícil.

Al Alavés le urge recuperar anímicamente a un futbolista muy importante en su engranaje y que, evidentemente, no pasa por un momento boyante. Queda claro que, tras disputar los 90 minutos en Bilbao, el delantero titular en la final del viernes ante el Cádiz será Kike García. El conquense ni siquiera fue un revulsivo ante el Athletic, por lo que llegará fresco para ser la referencia ofensiva.