Punto y final a la experiencia del Deportivo Alavés en la vigente edición de la Copa del Rey. Después de cumplir en Murcia y Terrassa y superar al Real Betis en Mendizorroza, los babazorros no pudieron dar la sorpresa este martes frente al Athletic en San Mamés, donde decidió un doblete del exalbiazul Asier Villalibre. A partir de ahora, el conjunto gasteiztarra podrá centrarse en la batalla por la permanencia, que es su principal objetivo.
Para afrontar la exigente visita al feudo zurigorri, Luis García Plaza optó por dar descanso a la gran mayoría de los titulares que jugaron en el Sánchez Pizjuán. Solo repitieron Antonio Sivera, Nahuel Tenaglia y Carlos Benavídez, por lo que hubo ocho variaciones, y las principales novedades fueron las inclusiones de Víctor Parada y Giuliano Simeone, quien se estrenó en el once tras aparecer como revulsivo ante la Real Sociedad y el Real Betis.
Pese a las expectativas depositadas en el encuentro, lo cierto es que los primeros 25 minutos no dieron mucho de sí en San Mamés. El Alavés saltó al césped muy ordenado y eso provocó que el Athletic, aun con bastante posesión de balón a su favor, no se acercara con peligro a su portería. Solo Ianis Hagi, en un contragolpe generado a partir de un eficaz envío en largo de Antonio Blanco, fue capaz de poner en apuros al guardameta rival.
Todo cambió, eso sí, cerca de la media hora de juego del partido. Villalibre, héroe del último ascenso albiazul a la élite, recibió la pelota dentro del área, se marchó de Tenaglia y batió a Sivera, que pudo hacer mucho más, con un potente remate al palo corto. El Búfalo no celebró el gol, pero sí hizo que su equipo, a partir de ese 1-0, se sintiera mucho más cómodo sobre el césped, hasta el punto de poder ampliar su ventaja antes del descanso.
El Athletic empezó a combinar con más velocidad, en parte por la mayor participación de Oihan Sancet, y fue este último el encargado de asistir a Álex Berenguer para el 2-0, si bien esta vez apareció Sivera para evitar el tanto. No hubo más ocasiones claras en la primera mitad, pero la recta final fue un claro acoso y derribo de los locales, durante el que el Alavés se dedicó exclusivamente a achicar agua y evitar daños mayores.
Más allá del error que provocó el primer gol de los de Ernesto Valverde, lo más preocupante fue que, salvo por la mencionada acción entre Blanco y Hagi, los babazorros apenas fueron capaces de hilvanar jugadas ofensivas. El centro del campo fue superado con claridad y tanto Samu Omorodion como Giuliano participaron muy poco en el juego. La labor de Xeber Alkain fue de lo poco reseñable en ataque antes de llegar al descanso.
Las tornas, afortunadamente, cambiaron tras el paso por los vestuarios. El Alavés salió mucho más convencido que el Athletic y, en apenas diez minutos, dispuso de dos ocasiones para igualar el electrónico. Samu primero, asistido por Parada, remató al cuerpo de Agirrezabala cerca del área pequeña y Giuliano después, al lado del punto de penalti, no cruzó lo suficiente el balón para sorprender al propio portero rojiblanco.
No obstante, como le ha ocurrido al Glorioso en otros encuentros de la presente temporada, su falta de puntería no tardó en ser castigada. Cumplida la hora de juego, Óscar de Marcos se incorporó al ataque, sorprendiendo a toda la zaga gasteiztarra, y encontró solo en el área a Villalibre, quien marcó de cabeza el 2-0. Los cambios de Luis García, ya con ese resultado, fueron Selu Diallo, Jon Guridi, Nikola Maras, Rafa Marín y José de León.
Y ahí, en realidad, se acabó la contienda. El Athletic, al contrario que al inicio de la segunda parte, no arriesgó lo más mínimo en la última media hora y, en ese escenario, el Alavés tampoco supo qué hacer para meterse en el choque. Lo positivo es que, al caer eliminado en la Copa, los babazorros pueden centrarse ya en la Liga y, en concreto, la lucha por la permanencia, que es su principal propósito esta temporada.