El inicio de las obras de la segunda fase para ampliar el nudo de Armiñón, uno de los clásicos puntos negros de la red viaria alavesa, encara ya su recta final.

El Consejo de Gobierno Foral de Álava ha aprobado este martes la adenda de modificación y prórroga del convenio entre la Diputación y el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para financiar y ejecutar estos trabajos en la conexión de la autovía A-1 y la antigua autopista de peaje AP-1.  

El diputado general, Ramiro González, ha explicado que este trámite actualiza la financiación comprometida por el Gobierno de España para la realización de las obras, que pasa de 16 millones de euros a 24,1, con el fin de "ajustarse a los precios reales de ejecución y los cambios técnicos incorporados" en el proyecto definitivo aprobado en junio de 2025 respecto al anteproyecto del año 2018.

La actualización, junto con la prórroga de vigencia del convenio hasta 2029, va a permitir al Departamento de Movilidad Sostenible e Infraestructuras Viarias licitar a principios del próximo 2026 la segunda fase de ampliación del nudo de Armiñón, una obra que contará con un presupuesto aproximado de 19 millones de euros.

De dos a tres carriles

La segunda fase del proyecto consistirá en ampliar la confluencia de la AP-1 y la A-1 en sentido Gasteiz, de manera que pasará de dos a tres carriles, y mejorar la unión de ambas vías en pro de la comodidad y, sobre todo, la seguridad de las decenas de miles vehículos que atraviesan diariamente este punto de la red foral de carreteras. 

Los trabajos de la primera fase finalizaron el pasado mes de junio con la ampliación de uno a dos carriles en la conexión entre la A-1 y la AP-1 en sentido Burgos/Madrid para dar solución a las retenciones que se generaban en dicho punto en picos de circulación como Semana Santa y vacaciones de verano, y reforzar así la seguridad vial del tramo. 

Circulación de vehículos a la altura del enlace de Armiñón. Pilar Barco

La autovía A-1 contaba hasta entonces en dicho punto con tres carriles y la conexión con la AP-1 se realizaba a través de una salida ordinaria, mientras que ahora dispone de tres carriles que van aumentando de forma progresiva -primero a cuatro y más tarde a cinco- a medida que se aproxima al enlace.

Finalmente, los dos carriles de la derecha terminan bifurcándose y conectando con la AP-1. La puesta en servicio de esta primera fase ha permitido absorber sin retenciones los incrementos de tráfico registrados con motivo de las vacaciones de verano.