Las obras de la primera fase de ampliación del enlace de Armiñón han finalizado con la puesta en servicio de la nueva bifurcación de dos carriles, que conecta la autovía A-1 y la antigua autopista de peaje AP-1 sentido Burgos/Madrid.
Estas obras comenzaron en la primavera de 2024 y se han prolongado por espacio de un año, con una inversión de cinco millones de euros. El Ministerio de Transportes ha asumido íntegramente el coste de las obras y la Diputación su dirección y ejecución.
El diputado foral de Movilidad Sostenible e Infraestructuras Viarias, Jon Nogales, ha visitado la nueva bifurcación y ha puesto en valor un proyecto que mejora de forma importante la seguridad vial y garantiza la fluidez del tráfico en uno de los puntos con mayor circulación de la red foral de carreteras.
La primera fase de ampliación del enlace de Armiñón ha consistido en ampliar de uno a dos carriles la conexión entre la autovía A-1 y la autopista AP-1 sentido Burgos/Madrid para dar solución a las retenciones que se generaban en dicho punto en picos de circulación como Semana Santa y vacaciones de verano, y reforzar así la seguridad vial de las decenas de miles de conductores que atraviesan diariamente este nudo.
Bifurcación
Si la autovía A-1 contaba hasta ahora a la altura del enlace de Armiñón con tres carriles y la conexión con la AP-1 se realizaba a través de una salida ordinaria, la A-1 pasa a disponer ahora de tres carriles que van aumentando de forma progresiva primero a cuatro y más tarde a cinco carriles a medida que se aproxima al enlace.
Finalmente, los dos carriles de la derecha terminan bifurcándose y conectando con la autopista AP-1.
Ahora se afrontará la segunda fase del proyecto de ampliación del nudo de Armiñón, que consistirá en aumentar la AP-1 de dos a tres carriles hasta su confluencia con la A-1 dirección Vitoria y suavizar el trazado para mejorar la seguridad. Ministerio y Diputación han hablado hoy sobre la financiación de esta futura obra.