El paso de los días acostumbra a sepultar los hechos luctuosos. De hecho, la vorágine de acontecimientos tiende a desplazar los ocurridos en el pasado, que se sitúan a un paso del olvido colectivo. Sin embargo, lo acontecido hace un mes en Jundiz aún perdura en la memoria colectiva. Entonces, un accidente brutal acababa con la vida de dos jóvenes de madrugada.

Tras el dolor, llegó la constancia de una realidad recurrente relacionada con las carreras ilegales, abundantes las vísperas de festivos y fines de semana en las calles del citado polígono industrial. Hoy, ese tipo de piques y competiciones ya no existen.

Según certifican fuentes conocedoras de la situación a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, los dispositivos de Policía Local en las zonas donde potencialmente podrían darse carreras ilegales existen desde hace mucho tiempo.

Dispositivos

Este tipo de dispositivo se ha seguido manteniendo con las mismas características en las semanas posteriores a aquellos hechos. Su función es preventiva y disuasoria. La mejor prueba de este valor disuasorio es que no se han registrado expedientes sancionadores por actos contrarios a la normativa de seguridad vial, tal y como aseguran los citados portavoces a este periódico.

Esos dispositivos actúan principalmente sobre los viales del polígono industrial de Jundiz, en calles como Miravalles y en áreas similares. Cabe recordar que el día del accidente mortal hubo un dispositivo de estas características en la calle Jundiz, lugar en el que una carrera entre dos coches de gran cilindrada acabó con un accidente con un tercero, que se encontraba en la zona y en el que viajaban las víctimas.

Fenómeno recurrente

Bajo estos datos, la evidencia es que tras el accidente que el pasado 13 de enero se cobró la vida en el polígono industrial de Jundiz de los dos jóvenes vitorianos Izaro y Cristian, dejó herido grave al conductor del vehículo en el que viajaban y leve a la copiloto, el fenómeno de las carreras ilegales como la que provocó el fatal siniestro de hace un mes han desaparecido de la ciudad, al menos a ojos de la Policía Local vitoriana.

En estas semanas la guardia urbana no ha instruido ningún atestado relacionado con conducción temeraria, y en el polígono vitoriano, epicentro de esta arriesgada práctica, no tienen constancia de que se hayan producido nuevas quedadas.

Desde hace dos décadas

El fenómeno de las carreras ilegales está arraigado en la ciudad desde hace al menos dos décadas, con picos de mayor o menor intensidad, pero la alarma social ante el fallecimiento de Izaro y Cristian, la vigilancia policial y probablemente una súbita conciencia de quienes acuden a estas quedadas del serio riesgo que entrañan ha hecho que, siquiera de forma transitoria, estas prácticas hayan quedado aparcadas.

Los hechos

Fue el 13 de enero, en tono a la 1.30 horas de la madrugada, cuando el Volskwagen Polo en el que viajaban los cuatro jóvenes se incorporó a la calle Jundiz y fue arrollado por un BMW de alta cilindrada que competía con otro coche a “extrema velocidad”, según el máximo responsable del área de seguridad del Consistorio vitoriano, Iñaki Gurtubai.

El BMW embistió el Polo en un lateral, el vehículo salió despedido y sus ocupantes quedaron atrapados en el interior. Los dos jóvenes fallecidos tenían de 21 y 18 años.

El BMW embistió el Polo en un lateral, el vehículo salió despedido y sus ocupantes quedaron atrapados en el interior. Los dos jóvenes fallecidos tenían de 21 y 18 años, y el conductor del coche de alta gama, de 23 años, sufrió heridas leves y dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas.

Investigación

En un primer momento, Gurtubai no confirmó que se tratara de un incidente relacionado con las carreras ilegales habituales en la zona, pero sí con una “quedada de jóvenes en busca de adrenalina vinculada con la velocidad y los coches”. Días más tarde, con la investigación más avanzada, la Policía Local detuvo al conductor de un tercer coche, otro BMW identificado por las cámaras de las empresas de la zona, que competía contra el otro vehículo de gran cilindrada en una carrera ilegal. Ambos conductores comparecieron ante el juzgado de guardia de la capital alavesa y, tras prestar declaración ante el juez, quedaron en libertad provisional, con el carnet de conducir retirado y la obligación de presentarse todas las semanas ante el magistrado instructor del caso.

Delitos de conducción temeraria

Los conductores de los dos coches implicados en la carrera ilegal se enfrentan a sendos delitos de “conducción temeraria con manifiesto desprecio para la vida de terceros en concurso, con dos delitos de homicidio por imprudencia grave”.

Fenómeno clandestino

El suceso arrojó luz sobre un fenómeno clandestino que principalmente tiene lugar en Jundiz, pero también en la calle Miravalles del polígono de Gamarra o en los pueblos de los alrededores de la capital alavesa. También en Salburua, donde la nueva zona comercial se ha convertido en un nuevo lugar para exhibir coches modificados, lo que este mismo otoño llevó a los vecinos de la zona a protestar por los ruidos que generan estas quedadas en plena noche.

La proliferación de las redes sociales, que permiten convocar las quedadas de forma casi instantánea, complica mucho el trabajo de la Policía Local a la hora de tratar de atajar las carreras, que convocan a decenas de jóvenes, y en algunas ocasiones a centenares, que previamente quedan en establecimientos de comida rápida de la periferia de la ciudad.