- Sus caminos profesionales discurren en la actualidad lejos del Conservatorio de Danza José Uruñuela en el que tantos momentos vivieron y tantos conocimientos adquirieron. Lo hacen, además, con éxito y reconocimiento tanto a un lado como el otro del Atlántico. Es el caso de la vitoriana Aiara Iturrioz, que lleva ya unos años subiendo peldaños desde el Stuttgart Ballet. O del también gasteiztarra Beñat Andueza, que tras completar su formación en la Dutch National Ballet Academy, ahora se encuentra entre las filas del Texas Ballet Theater. En la Compañía Nacional de Danza coinciden, asimismo, la alavesa Celia Dávila y la bilbaína Laura Pérez. Los cuatro, cómo no, están en pleno paréntesis a causa de la pandemia, aunque sus respectivas compañías mantienen el ritmo de clases y ensayos on-line, para lo que, entre otras cosas, les han llevado a sus respectivas casas suelos de linóleo para que puedan trabajar en las mejores condiciones posibles a pesar de las apreturas hogareñas.

En la que fue su antigua casa, en el José Uruñuela, el silencio y la quietud imperan también a causa del covid-19, aunque el centro municipal, gracias a las nuevas tecnologías -y como ya contó este periódico hace un par de semanas-, está manteniendo la actividad a través de diferentes ofertas adaptadas a las distintas enseñanzas que atiende. En teoría, cosas del calendario, esta semana y la que viene el conservatorio debería estar disfrutando de unos días de vacaciones con motivo de la Semana Santa. Pero el coronavirus ha trastocado todo. Por eso, desde el espacio formativo, y sirviéndose de las ganas por participar de sus ex estudiantes, van a realizar estas jornadas cuatro clases especiales, que además se completarán con otros tantos coloquios en los que poder aprender todavía más de las experiencias de Iturrioz, Andueza, Dávila y Pérez.

El primero de estos encuentros virtuales se produjo ayer por la tarde desde Alemania. Aprovechando la aplicación que se está usando para el resto de clases on-line, Iturrioz fue la encargada de abrir estas sesiones. Está previsto que cada una de ellas dure en torno a una hora y media para dar paso después al coloquio. Hoy tomará el relevo Pérez, mientras que para la próxima semana quedarán Dávila y Andueza.

En principio, las cuatro sesiones, centradas en la danza clásica, están enfocadas para el alumnado de Enseñanzas Profesionales del conservatorio, aunque el centro ha decidido abrir la convocatoria a todas las personas que lo componen para romper la rutina del confinamiento. No será como estar en clase, pero casi, además pudiendo aprovechar el momento para conocer mejor a quienes no hace tanto también estuvieron en su piel.

"Tanto ellas como él están encantados de participar porque también es gratificante que se les llame y se cuente con ellos", apuna Ainhoa Arenaza, directora del centro, quien también anticipa que la idea es aprovechar la siguiente semana de vacaciones dentro del calendario, la que corresponde a San Prudencio, para hacer lo mismo pero, en esa ocasión, contando con bailarines que se dedican a la danza contemporánea.