El arranque de temporada del Baskonia hasta el momento se puede calificar de notable. El conjunto azulgrana, pese a contar con una plantilla con muchas novedades y haber perdido dos piezas importantísimas como eran Darius Thompson y Rokas Giedraitis, está compitiendo a buen nivel y acumula cuatro victorias en seis compromisos entre ACB y Euroliga. Con la excepción del pinchazo sufrido en Murcia el cuadro alavés está rindiendo al nivel que se espera de él e incluso estuvo a una canasta de tumbar al todopoderoso Real Madrid en su estreno en Euroliga.

Sin embargo, es evidente que a Joan Peñarroya aún le queda trabajo por delante y el equipo debe mejorar en varios aspectos si quiere sacarle el máximo potencial a la plantilla que tiene y cumplir con sus objetivos deportivos. En ese sentido, una de las principales tareas pendientes de los azulgranas en este inicio de curso son los cierres de los encuentros, en los que el conjunto gasteiztarra está desperdiciando rentas cómodas logradas durante el transcurso de los partidos e incluso dejó escapar una victoria que tenía en su mano contra el Real Madrid.

Los últimos cuartos se le están atragantando al Baskonia y buena muestra de ello son los tres últimos compromisos que ha disputado contra el conjunto merengue, el Granada y el Alba Berlín, en los que a los alaveses les ha temblado el pulso en los minutos decisivos. Ya sea por la falta de experiencia de una plantilla joven y con varios novatos en la Euroliga o por la ausencia de un referente claro como Darius Thompson, capaz de echarse el equipo a la espalda y aportar temple en la dirección de juego en momentos de tensión, al equipo le está costando completar los últimos trámites para sellar sus victorias y eso puede ser un problema cuando lleguen los duelos contra equipos europeos mucho más curtidos que los alaveses.

Howard no tuvo su mejor noche ante el Alba Berlín Efe

Dificultades para sentenciar

El choque de ayer contra el Alba Berlín fue un buen ejemplo de las dificultades que está teniendo el Baskonia para cerrar los partidos. Gracias a un fantástico tercer cuarto, en el que los alaveses apretaron los dientes en defensa y dejaron a los alemanes en solo 14 puntos, el conjunto azulgrana llegó al cuarto decisivo con una cómoda renta de 15 tantos, que parecía más que suficiente para poder llevarse la victoria sin sufrimiento. Sin embargo, terminaron suplicando que sonara el bocinazo final. Los hombres de Peñarroya se relajaron un momento, Procida volvió a meter al Alba Berlín en el encuentro con siete puntos consecutivos y al Baskonia le entraron las dudas. 

El equipo buscó la fórmula que desatascara su ataque, pero ni juntar a los dos bases –Mannion y Miller-McIntyre– sobre el parqué ni devolver a Howard a cancha ni apostar por un quinteto pequeño con Costello como pívot funcionó. Los vitorianos no encontraron a un jugador al que no le quemara el balón y el colchón de 15 puntos se quedó en solo dos a falta de dos minutos para el final del choque (83-85). Al final, terminó siendo Tadas Sedekerskis con su trabajo bajo los aros y un triple trascendental quien sacó las castañas del fuego, aunque eso no evitó el sangrante resultado de 25-15 en ese parcial.

Algo similar ocurrió en la jornada inaugural de la Euroliga contra el Real Madrid. Después de aprovechar su superioridad física bajo los tableros consecuencia de las importantes bajas de los merengues durante los tres primeros cuartos, en los que perfectamente pudo dejar el choque sentenciado, al Baskonia se le fundieron los plomos en el tramo final y solo logró anotar diez puntos en el cuarto decisivo. Así como el Madrid tuvo claro que tenía que poner el balón en manos de Campazzo pese al discreto partido del argentino, en el cuadro local no hubo una figura que diera un paso al frente. La renta, que llegó a ser de siete puntos en el tercer cuarto, se quedó en nada y los visitantes ganaron tras imponerse por 10-17 en los últimos diez minutos.

La historia se repitió poco después en la visita del Baskonia al Granada. En este caso, los azulgranas llegaron a tener el choque prácticamente sentenciado en el ecuador del tercer cuarto gracias a una merecida ventaja de 17 puntos (38-55) y una clara superioridad, pero ellos mismos se complicaron el partido al permitir a los andaluces situarse a solo un punto con el 70-71 a 6:40 del final. Fue necesaria la intervención de un Moneke imperial y de un certero Marinkovic para evitar lo que habría sido un duro tropiezo en cancha de uno de los humildes de la ACB.

Un perfil ausente

El discreto arranque de temporada de Nico Mannion está dejando recaer la mayor parte del peso de la dirección de juego azulgrana en Codi Miller-McIntyre, que pese al buen rendimiento que está ofreciendo posiblemente no llegó a Vitoria con el objetivo de ser el nuevo Darius Thompson ni quien asumiera la responsabilidad en los minutos calientes de los encuentros. El conjunto gasteiztarra no cuenta por ahora con ese base diferencial que en campañas anteriores ha tenido en la figura de Thompson, Baldwin, Henry o Vildoza y puede que sea eso lo que está buscando la dirección deportiva en el mercado para cerrar la plantilla.

Howard es en principio el más capacitado para resolver encuentros con su calidad y el que cuenta con galones para jugarse los tiros decisivos, pero desde su renovación no está contando con acierto en el lanzamiento y su imprevisible toma de decisiones lo convierten en un arma de doble filo. La llegada de un base generador posiblemente solventaría parte de los problemas azulgranas en los minutos finales de los encuentros. Mientras tanto o en caso de que ese fichaje no se produzca, el Baskonia deberá seguir buscando una fórmula más efectiva para cerrar los partidos y encontrar a diferentes jugadores que puedan asumir la responsabilidad en esos minutos en los que el balón quema.