El Baskonia compitió con mérito contra todo un Real Madrid en su estreno en la Euroliga y, pese a merecer la victoria durante los tres primeros cuartos por su casi insultante superioridad bajo los tableros, dejó con vida a un conjunto merengue que se mostró más sereno en los minutos finales y se llevó un triunfo que solo se explica por la falta de ideas y tal vez excesiva ansiedad de los alaveses en el tramo decisivo.
Los vitorianos, que arrancaron con su habitual quinteto titular con Miller-McIntyre, Howard, Sedekerskis, Costello y Kotsar, empezaron el partido bien plantados en la cancha, jugándole de igual a igual al Real Madrid y sin rehuir de un intercambio de golpes con los merengues.
El mayor acierto de los visitantes desde el perímetro con Yabusele y Musa les dio ventaja en los primeros minutos, pero dos triples consecutivos de Costello situaron por delante a los azulgranas (14-13).
Con la segunda unidad sobre la cancha, unos buenos minutos de Mannion al timón, junto al gran trabajo bajo los aros de Diop y Moneke, permitió al Baskonia estirar su ventaja hasta el 23-16, castigando de esta manera un juego interior madridista muy mermado por las bajas de Tavares y Ndiaye y los problemas de acumulación de faltas de Poirier y Diagne.
La renta duró poco, ya que un triple de Hezonja al cierre del primer cuarto y dos consecutivos de Llull permitieron al Real Madrid darle la vuelta al choque y ponerse por delante en un abrir y cerrar de ojos, compensando así sus problemas en el poste con acierto exterior.
Buena muestra de ello es que con el 27-31, obra de Hezonja, 27 de los 31 puntos merengues habían llegado desde más allá de la línea de tres puntos. Mientras tanto, el Baskonia siguió encontrando una superioridad arrolladora en el juego interior con Moneke y Diop, que tuvieron barra libre para recoger rebotes ofensivos y entrar hasta debajo del aro rival en jugadas de bloqueo y continuación.
Incluso Rogkavopoulos se animó con un mate tras rebote. El partido, eso sí, se mantuvo en todo momento en distancias cortas y, tras una buena penetración de Howard, el Baskonia fue el que se marchó al descanso por delante con una ventaja de cuatro puntos.
Final anticlimático
Al regreso de vestuarios, el exazulgrana Poirier, limitado por las faltas en la primera parte, se animó en ataque con siete puntos en tres minutos, uno de ellos, siguiendo con la dinámica del choque, desde la línea de 6,75 metros.
El pívot galo situó a su equipo de nuevo por delante con el 49-53, aunque la respuesta del mejor Costello de lo que va de temporada, con un espectacular mate por encima del propio Poirier, no se hizo esperar. Intentó mantener el pulso el Madrid, pero esta vez solo Llull logró convertir desde el triple y, con el regreso a cancha de Howard y dos canastas de fantasía, a Chus Mateo no le quedó más remedio que parar el partido con el 63-58, que no hacía justicia a la superioridad azulgrana.
Intentó enfriar el choque el Real Madrid acudiendo a la línea de personal, pero Moneke, tras dos rebotes ofensivos colosales, logró sobre la bocina mantener la renta de cinco puntos y la energía del pabellón al cierre del tercer cuarto (67-62).
La diferencia aún no era garantía de nada y un par de desajustes defensivos y posesiones trabadas del Baskonia al comienzo del cuarto decisivo lo evidenciaron, ya que en un momento se vio con el Madrid respirándole en la nuca a un solo punto (69-68).
Volvieron a estirar su renta los alaveses aprovechando su superioridad interior y por momentos el Real Madrid pareció derrotado, fatigado e incapaz de defender su aro y el Baskonia, con el 75-69 en el marcador, tuvo la oportunidad de rematar a un rival convaleciente, pero no lo aprovechó. La falta de acierto y exceso de individualismo de Howard, las pérdidas y los desajustes defensivos mantuvieron con vida al Real Madrid, que despertó con un triple de Causeur, igualó la contienda a 75 con otra diana sin oposición de Yabusele y, pese a un estético alley oop de Sedekerskis a pase de Mannion, se puso por delante con dos penetraciones cómodas de Yabusele y Campazzo a 1:41 del final. El 77-79 que reflejaba el marcador no se volvió a mover.
El Baskonia, excesivamente tenso y sin acierto ni ideas, tuvo varias posesiones para igualar, pero dejó escapar una oportunidad que difícilmente se presenta dos veces contra el Real Madrid.
