El Baskonia no pudo comenzar su periplo en la máxima competición europea de la manera soñada. Pese a llevar la ventaja sobre el vigente campeón de la Euroliga durante buena parte de la contienda, el bloqueo mental sufrido por los de Peñarroya en el último cuarto echó por tierra el extraordinario trabajo realizado durante los primeros 30 minutos.
El conjunto vitoriano, preso de sus fantasmas en el desenlace del partido, tan solo anotó dos puntos en los últimos seis minutos de juego. En este escenario de máxima igualdad fue donde se echó en falta la presencia de varias piezas que pudiesen insuflar tablas y clarividencia para certificar el triunfo.
De hecho, el último cuarto resultó ser descorazonador para el Baskonia, pues su anotación fue tan solo de diez puntos, la mitad que la lograda en el tercer cuarto. Todo el buen trabajo de la velada se fue por el sumidero a raíz de una inesperada pájara ofensiva. El Real Madrid apretó las tuercas, exhibió su oficio y al Baskonia se le hizo de noche. Fue el vitoriano un equipo de nuevo con evidentes dudas en el timón pese a la mejoría de Mannion.
El italiano elevó sus prestaciones e incluso fue el base al que Peñarroya recurrió para los momentos de la verdad ante la actuación más floja de Miller-McIntyre desde su llegada a Vitoria. El norteamericano, inoperante desde la línea del triple, no encontró la asociación con los interiores baskonistas. Por su parte, es cierto que Mannion se mostró más acertado que en las anteriores jornadas, pero una pérdida imprudente ante Campazzo acabó provocando el jarro de agua fría final para el Baskonia.
Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo en ataque. Howard malgastó la última bala, aunque antes del triple fallado por el estadounidense, bien defendido por Campazzo, los ataques azulgranas estuvieron presididos por la espesura en estático. El principio del fin fue un contraataque fallado por Moneke con 75-69 en el marcador. A renglón seguido, el Real Madrid igualó el asalto gracias a los triples y las tablas de Campazzo hicieron el resto con las faltas provocadas en los instantes finales.
Poderío en el rebote
Y eso que, durante buena parte del litigio, el Baskonia fue una apisonadora desde el juego interior. El conjunto vitoriano lideró desde el rebote, donde Khalifa Diop y Chima Moneke se alzaron como dos luchadores titánicos en el fango de la segunda jugada. La irrupción de Khalifa Diop, con 11 rebotes, y el músculo de Chima Moneke se dieron de bruces con el espesor coral en los últimos minutos. Sin embargo, el paso al frente mostrado en las segundas jugadas no fue suficiente para derrotar al vigente campeón de la Euroliga, que no tembló en los minutos más críticos.
Con todo, el Baskonia, que estuvo realmente cerca de rubricar su primer triunfo continental del curso, se vio duramente castigado por el atasco anotador y la falta de criterio en la dirección de juego. El sacrificio de los pupilos de Peñarroya no fue suficiente para vivir una nueva fiesta en un estadio abarrotado, que no dejó de apretar a los suyos, pero que finalmente acabó la contienda cariacontecido tras la primera derrota del curso en casa.
