vitoria. Catorce años después de dirigir su último partido como entrenador del TAU Cerámica, de donde partió con rumbo al Real Madrid, Sergio Scariolo volverá a sentarse en el banquillo del Baskonia. El preparador lombardo, mucho más curtido que aquel técnico imberbe y en cierto modo desconocido que añadió una Copa del Rey al incipiente palmarés del entonces adolescente equipo azulgrana, se ha convertido en el elegido para guiar el proyecto con el que la directiva pretende regresar al primer plano competitivo.
Josean Querejeta ha aparcado los experimentos y ha apostado sobre seguro. El máximo dirigente baskonista ha repescado a uno de los pocos técnicos en los que siempre ha confiado. De hecho, ayer mismo lo confirmó poco después de que se hiciera oficial el acuerdo, que tendrá vigencia durante los dos próximos ejercicios. Querejeta y Scariolo han mantenido el contacto a lo largo del tiempo en el que el italiano ha trabajado en Madrid, Málaga, Moscú y Milán, con un lustroso paso por la selección española.
"Hemos pensado que la mejor opción que había en el mercado era la de Sergio. Es un entrenador al que conocemos perfectamente. Para las ambiciones que tiene el club de cara al futuro es un entrenador perfecto. Le considero uno de los grandes entrenadores del baloncesto europeo", aseveró Querejeta en declaraciones a Ser Vitoria.
Esas palabras resumen el espíritu que ha abrigado el acuerdo. Un club obligado a recuperar la ilusión de una grada que se encuentra bajo mínimos después de tres temporadas decepcionantes se ha topado en su búsqueda con un entrenador que perseguía con avidez un estímulo que volviera a despertar su ambición. Y el resultado es una vuelta a los orígenes cuyo éxito dependerá en gran medida de los movimientos que durante las próximas semanas realice la directiva para configurar un plantel de garantías.
"Tiene muchísima ambición y ganas de estar en un equipo de nuestras características. Es un gran momento para recuperar a alguien de su experiencia", aseguraba Querejeta, consciente de que Scariolo ha relegado el aspecto económico en su escala de valores y se ha decantado por una opción que le garantiza unas condiciones de trabajo que ha echado en falta en otros equipos quizá más poderosos económicamente pero con estructuras mucho menos consistentes que la que encontrará en Vitoria.
"Estoy muy contento de volver al Baskonia, a una ciudad con un gran cariño por el baloncesto y de poder trabajar de nuevo con una gente a la que conozco y admiro mucho", manifestó el preparador transalpino a través de las redes sociales en cuanto se hizo pública su contratación. Scariolo, que cuenta en su palmarés con tres títulos ligueros (uno en Italia y dos en la ACB), dos trofeos de la Copa del Rey (uno con el Baskonia y otro con el Unicaja) y tres medallas con la selección española, es consciente de la dificultad que entrañará un proyecto en el que se le exigirá que vuelva a situar al cuadro azulgrana entre los mejores.
Su compromiso, en cualquier caso, queda fuera de cualquier duda. La del Baskonia era sólo una de las muchas ofertas que tenía sobre la mesa. Algunas de ellas superaban ostensiblemente la cuantía que percibirá en Vitoria. El Unics Kazan o el Dogus, el multimillonario proyecto que aspira a hacerse con la hegemonía en el baloncesto turco, habían puesto sus ojos un entrenador que pudo incluso haber acabado en la NBA. Dos franquicias lo quisieron como asistente. El acuerdo con los 76ers de Philadelphia estuvo muy cerca de fructificar, pero al final la posibilidad de regresar a una ciudad en la que confía en recobrar ilusiones juveniles ha podido más.
En el vestuario volverá a encontrarse con un viejo conocido. Maciej Lampe, uno de los pilares del equipo azulgrana, ya sabe lo que es jugar a las órdenes de un Scariolo con el que en 2009 llegó a la final de la Eurocup. El polaco cuajó una excelente temporada en aquel Khimki que le abrió las puertas del Maccabi. También tendrá bajo su mando el italiano a Walter Hodge, cuyo fichaje persiguió a comienzos del presente año, cuando dirigía al Armani, por lo que cabe deducir que es un jugador de su agrado.
Scariolo ha cambiado mucho desde su primera etapa en la capital alavesa. Es un entrenador mucho más hecho. El TAU ahora es el Laboral Kutxa y el nivel de exigencia en las gradas también ha crecido. Tanto él como el club son muy diferentes, pero ambos pretenden volver a ser lo que fueron. Las ilusiones de la directiva, que trabaja con denuedo por volver a contagiar a la parroquia azulgrana, y las de un entrenador que quiere volver al origen aparecen como los primeros avales de un equipo en proceso de formación. El primer paso ya está dado. El banquillo tiene inquilino.