Todo sigue igual tras el parón de selecciones y el Deportivo Alavés volvió a ahondar ante el Celta en su nueva sequía goleadora en la 13ª jornada de Liga. Ni con los tres nueves del equipo juntos por primera vez sobre el césped fueron capaces los vitorianos de batir la meta defendida por Radu ni tampoco crear grandes ocasiones.

La realidad anotadora que vive el Glorioso se encuentra muy alejada de la posición que ocupa el equipo en la tabla. Con solo 11 goles a favor en las 13 primeras jornadas, la escuadra alavesa se mantiene como la tercera menos anotadora del campeonato.

Tan solo Osasuna con nueve dianas y Real Oviedo con siete, conjuntos que están peleando en la zona baja de la clasificación, han logrado celebrar menos goles que el Alavés.

Ante el Celta, la tónica de los últimos partidos se vio repetida una vez más y los albiazules volvieron a quedarse a cero en su casillero. Eso sí, esta vez de forma más justificada que en anteriores ocasiones, ya que el equipo estuvo muy alejado de la portería rival y le costó mucho generar peligro.

Si algo tuvo el Alavés en otros partidos, como en Vallecas o en casa ante el Valencia, fue la capacidad de generar ocasiones pese a no anotar ninguna de ellas. De hecho, esto fue algo que Coudet comentó varias veces durante sus últimas ruedas de prensa: "Generamos mucho pero no convertimos, hay que obsesionarse con hacer goles".

Los pupilos albiazules no pudieron llevar a cabo frente al Celta la petición de su entrenador y el resultado fue el mismo para alargar una racha que cada vez se torna más preocupante: en cuatro de los últimos cinco partidos ligueros el equipo no ha visto puerta.

La fiesta goleadora con siete tantos en el estreno copero ante el modesto Getxo, de sexta categoría, es el único paréntesis con el que cuenta la capacidad anotadora del equipo en el último mes y medio.

Acercamiento en la segunda mitad

La primera parte fue para el olvido de todos los asistentes a Mendizorroza. 45 minutos en los que no hubo ningún tiro a puerta y las oportunidades en los áreas apenas se dejaron ver en el partido. Todo ello, también sea dicho, permitido por un sibilino arbitraje que interrumpió en repetidas ocasiones el desarrollo del partido.

Cambió algo en el segundo acto, cuando Coudet movió el banquillo para dar entrada a Abde e Ibáñez en las bandas, que aportaron la frescura que Carlos Vicente y Aleñá no tuvieron en la primera mitad.

El navarro gozó de buenas internadas por la banda derecha del ataque alavesista, y en una de ellas, junto a Jonny Otto, protagonizó la primera llegada peligrosa del partido para el Alavés. Un centro envenenado de Jonny se marchó rozando ligeramente el palo de la portería celeste.

El partido se fue animando para un Alavés que poco a poco se fue acercando más, pero sin suerte, a la meta rival. Boyé de un cabezazo y Toni con un disparo raso tuvieron las más claras del partido en los minutos finales.

La impotencia ante la incapacidad de ver la portería rival fue tan grande que, en el minuto 80, Coudet dio entrada a su último efectivo en ataque: Mariano. Con la irrupción del hispano-dominicano en el terreno de juego se marcó un hito que aún no se había dado en la presente campaña: los tres delanteros puntas jugando al mismo tiempo.

Sin embargo, poco duraron los tres juntos sobre el terreno de juego, ya que el murciano -aquejado de problemas físicos en su tobillo izquierdo- fue sustituido por Guridi en los primeros segundos del descuento.