La eliminación de la parada que la línea 6 de Alavabus realizaba en Trokoniz hasta el pasado 1 de abril ha movilizado al vecindario de este concejo, que ha hecho oír su voz en las Juntas Generales ante lo que considera una clara discriminación respecto a otros pequeño pueblos del entorno. El cercano núcleo de Hijona, sin haber llegado hasta la Cámara foral, se encuentra en la misma situación desde la misma fecha.
La Diputación Foral de Álava alegó problemas de seguridad a la hora de acceder a ambos apeaderos para justificar su supresión y sustituyó este servicio regular con décadas de recorrido y numerosas frecuencias por una lanzadera bajo el paraguas de la red de Transporte Comarcal. Al llevarse a cabo mediante taxis, cuenta con bastantes menos plazas, en condiciones normales siete, y requiere de reserva previa antes de las 20.00 horas del día anterior.
Una solución que no convence en Trokoniz e Hijona, que suspiran por la recuperación de sus paradas pero, sobre todo, por una mejora integral de la A-132 a la altura de sus pueblos con medidas efectivas que eliminen el riesgo de siniestralidad. “Un control efectivo de la velocidad podría hacer que todo volviera a la normalidad”, apunta en conversación con este periódico una vecina de Trokoniz que integra la comisión designada por su Junta Administrativa para defender la reposición de la parada.
Por de pronto, el vecindario ha logrado ya el respaldo político de toda la oposición en las Juntas alavesas. La mayoría que conforman EH Bildu, el PP y Elkarrekin dio luz verde el pasado viernes 24 a una moción pactada por la coalición soberanista y la formación morada que reclama al Departamento de Movilidad Sostenible e Infraestructuras Viarias la elaboración, en colaboración con el concejo de Trokoniz, de un proyecto técnico para la reposición de la parada de la línea 6, así como el “diseño de las intervenciones necesarias” en la A-132 para “garantizar una parada legal y segura para el vecindario”. La propuesta insta a presentar y comenzar a ejecutar este proyecto a lo largo del próximo 2026.
Cabe recordar que el área que dirige el socialista Jon Nogales tiene previsto lanzar antes de que finalice esta legislatura la reforma de esta carretera entre Elorriaga y Egileta, lo que abarcará los accesos tanto a Trokoniz como a Hijona, unos trabajos que consistirán en la ampliación de la plataforma y una mejora del trazado y los márgenes de la carretera para aportarle un plus de visibilidad y seguridad. Y que podrían abrir la puerta a la recuperación de ambas paradas.
Claro que, hasta que cualquier solución llegue, son muchas las personas que se han visto inmersas en un “problemón serio” tras la supresión de los apeaderos. Es el caso de Manolo, vecino de Vitoria que acude varias veces por semana a trabajar en una huerta de su propiedad en Hijona.
"Siempre he venido en autobús"
“Siempre he venido en autobús, hasta que ha sucedido esto”, lamenta junto a la marquesina inutilizada. La solución para él ahora es bajarse en Andollu o bien en Egileta –cuando lleva mucho peso–, las dos paradas de la línea ahora más cercanas a Hijona, y llegar al pueblo caminando, bien por el arcén “con el peligro que conlleva” o bien por los caminos que rodean estos núcleos. La vía verde del antiguo vasco-navarro es una de las opciones que el vecindario utiliza para acceder a Andollu desde Trokoniz, o viceversa, pero la falta de iluminación cuando no hay luz natural es otro lastre añadido.
Manolo cree que ha existido un agravio comparativo a la hora de eliminar los apeaderos de Trokoniz e Hijona, porque el autobús sigue pasando por delante de estos pueblos, aunque sin detenerse, y en la parada de Egileta “también hay un peligro de seguridad”.
Este octogenario asegura que el autobús tiene que seguir haciendo “un montón de maniobras” en los pueblos donde parando, por lo que concluye que existe una “discriminación” hacia los dos pueblos que se han quedado sin parada. “Parábamos poca gente, pero la cuestión es… ¿por qué la gente no para más? ¿Porque no tiene necesidad o porque no hay medios para hacerlo? Esa sería la cuestión”, remarca.
Y propone, de forma intermedia, una solución para que el autobús llegue hasta Hijona cuando viene desde Gasteiz a través de un camino asfaltado que, una vez pasado Trokoniz, sale desde a la A-132 y desemboca en la plaza del pueblo.
Sin tiempo de reacción
Para quienes optan por el Transporte Comarcal, la necesidad de reservar el servicio desde la víspera hace que no puedan reaccionar ante imprevistos. Tampoco organizándose con tiempo tienen su sitio asegurado en los vehículos en caso de que se produzcan muchas reservas, según advierten.
“Lo que necesitamos es restablecer el autobús”, insiste la representante vecinal comisionada por la Junta, quien remarca que a día de hoy Trokoniz “no solo está casi incomunicado hacia Gasteiz, sino también hacia la Montaña, hacia Maeztu o Santa Cruz”. Y viceversa. La línea ha sido utilizada durante más de 30 años y “de forma continua” por trabajadores, estudiantes o personas mayores.
Tras la aprobación de la citada enmienda en las Juntas, asegura que el ente foral todavía no se ha dirigido al pueblo. “Y tengo muchas dudas de que vayan a hacer algo”, lamenta.
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