Un café, unos dulces, buena compañía y un espacio seguro para conversar. Por desgracia, cuatro elementos a priori tan básicos no se encuentran al alcance de cualquier persona en los tiempos que corren, sobre todo cuando se reside en una ciudad, sea esta más o menos grande, y la soledad no deseada entra en la ecuación.
Consciente de esta realidad, el colectivo gasteiztarra Vivir con Voz Propia puso en marcha allá por 2022 la iniciativa Desayunos en compañía, con la vocación de construir un lugar de encuentro donde lo relacional se convirtiera en una forma más de intervención social a través de un formato tan sencillo y accesible como compartir un almuerzo. Donde los comercios y la hostelería fuesen, igualmente, agentes de cuidado.
Una iniciativa premiada
El restaurante Andere y los establecimientos Clean Up Bio y El Rincón de la Coquette, ubicados en el tramo inicial de la calle Gorbea, recogieron el guante y se sumaron al proyecto.
Tal ha sido su éxito que los Desayunos han sido reconocidos recientemente en las IV Jornadas nacionales sobre Buenas Prácticas de la Red de Soledades y suman ya 34 ediciones a sus espaldas.
La última se celebró ha celebrado hoy, como todos los terceros martes de cada mes, y ha tenido un inconfundible sabor navideño.
La dinámica, por lo demás, ha sido la misma que en anteriores entregas: el Andere cede su velador exterior, donde decenas de personas se reúnen para charlar mientras toman una bebida caliente, unas galletas o un poco de bizcocho. Un hombre octogenario que mes a mes se acerca al espacio siempre lleva uno hecho en casa.
“Se trata simplemente de juntarse. Cada persona aporta lo que quiere y no hay ninguna conversación dirigida ni nada similar"
“Se trata simplemente de juntarse. Cada persona aporta lo que quiere y no hay ninguna conversación dirigida ni nada similar. El objetivo es que cualquiera que lo desee venga y tenga un espacio para charlar en compañía”, resume Amaia García, trabajadora social de Vivir con Voz Propia, que desde su fundación tiene como objetivo fundamental la construcción de lo que viene a denominarse como vecindarios compasivos.
“Esto consiste en que el cuidado recaiga también un poco en la comunidad, porque es algo que se ha ido perdiendo con los años y sobre todo en las ciudades. Que ese cuidado no se limite al ámbito sanitario o social, sino que sea un reto colectivo”, apostilla García.
Gente "muy variada"
Por lo demás, la gente que acostumbra a acudir a estos desayunos es “muy variada”, no solamente mayor. “Pero sí hemos visto que muchas personas repiten, y eso es porque algo aporta”, en palabras de la trabajadora social. De este espacio también han surgido grupos de WhatsApp para quedar en otros entornos.
Laura Martínez, de El Rincón de La Coquette, valora también esta “idea preciosa” con la que está “encantada”. “Muchas veces en las ciudades hay gente que se siente sola. Y el pequeño comercio puede ofrecer esa conversación diaria que se necesita, porque al final somos animales sociales”, subraya.
Por su parte, Maribel Rodríguez, una de las participantes habituales, también alude a lo “positivo” que es compartir tiempo y conversación en este espacio. “Me encanta venir. Cada uno habla de lo que le apetece y es muy agradable”, resume.