36 vecinos de Goikolarra han presentado ya la documentación para el proyecto de creación de una comunidad energética en este barrio de Vitoria de reciente creación.

Una cifra que ha ido creciendo respecto a las 24 viviendas interesadas que tenían el pasado 3 de julio, cuando en las fiestas del barrio la asociación vecinal Arelegi presentó los resultados de este borrador con un doble objetivo: para que la gente viera, con datos en la mano, “que iban en serio” con esta iniciativa y que se pudieran hacer también una idea del dinero que iba a suponer.

Por tanto, ahora habrá que rehacer el análisis para tener en cuenta a todas estas últimas incorporaciones interesadas en abastecerse de energía renovable.

"Costó arrancarlo, pero la gente creo que ya va viendo que se puede ahorrar dinero"

“Es más, es posible que se vaya sumando más gente y tendremos que hacer alguna lista de espera. Estamos contentos con el número de personas apuntadas. Costó arrancarlo, pero la gente creo que ya va viendo que se puede ahorrar dinero de esta manera y que la amortización es relativamente rápida y se está animando”, explica Agustín Ortega, del grupo motor de comunidades energéticas de Arelegi.

300 metros cuadrados

De ahí que todavía esté por determinar también su ubicación final, puesto que a mayor número de participantes, “más complicado” es encontrar el tejado que se necesita para instalar las placas fotovoltaicas, ya que ahora tendrá que ser más grande.

No en vano, como precisa Ortega, el primer requisito son los metros cuadrados que requiere la instalación: ahora mismo para esas 36 personas, han calculado que necesitarían una superficie de 300 metros cuadrados, “y en cambio, si lo colocamos en el suelo son 500 metros. Entonces, es preferible en tejado, porque en Goikolarra, al ser un barrio que han alargado, eso nos limitaría mucho más y en el centro no tenemos parcela”.

Por todo ello, lo ideal es que esté en un lugar alto para que tenga un alcance de unos dos kilómetros.

En la actualidad, están trabajando en buscar diferentes posibilidades para la localización de esta comunidad energética, hablando con elAyuntamiento, Juntas Administrativas, o con la Iglesia, para ver si puede haber cesión de tejado, o con empresas, al haber cerca diferentes supermercados y superficies, “y también vamos a ver los tejados de las comunidades de vecinos que tienen disponibilidad”.

Una de esas posibilidades que barajan es la del tejado del Gardeleku, la Casa de Juntas del concejo de Gardelegi, pero para ello, debe de dar el visto bueno el Consistorio, como propietario de este edificio, “y lleva unos plazos de resolución que son muy largos y todavía no se han comprometido a cederlo, pero si lo hicieran, estaríamos encantados”, añade.

Ahorros previstos

El ahorro previsto por vivienda, en cuanto a los datos del estudio provisional, están entre el 40% y el 60% de la energía que se consume. Unas cifras que van a depender de los hábitos de consumo de cada hogar.

En cuanto a la inversión, dependerá de la beta (porcentaje de energía que necesite). Los cálculos generales indican que una vivienda media se suele instalar entre 1,5 y 2 KW y el coste de instalación fotovoltaica de 1 KW está entre los 1.100 y 1.500 euros (para conocer la cifra exacta de la cantidad de la inversión se necesita la auditoría de consumos para determinar si merece la pena hacerla). “La media está en eso.Además, hay subvenciones que pueden hacer que este precio sea menor”, detalla.

Actualmente, se estima que el tiempo medio de amortización de la inversión está en cinco años, aunque este precio, según puntualiza, dependerá de la evolución del precio de la energía porque si sube, el tiempo de la amortización será menor y viceversa.

Y la “única” instalación que cada vecino tiene que hacer en su domicilio es muy sencilla, “eso va incluido dentro de la instalación y solo se requiere cambiar el contador, porque los que hay ahora son unidireccionales, digamos que la energía solo entra, por lo que habría que poner otro en el que se contabilice la que sale, que es la que produces de autoconsumo y excedente”.

En cuanto al inicio de obras, “dependerá de la rapidez con la que localicemos la superficie por un lado, y que luego ésta se ajuste a las condiciones concretas de cada cubierta. No sé cuánto tiempo nos va a costar encontrarla. Ahora vamos a empezar a pedir presupuesto a las empresas instaladoras y están ahora a tope de trabajo, con retrasos de 4 o 5 meses, así que no sabemos exactamente cuándo podrá ser”.

Como fecha idílica, teniendo en cuenta que las subvenciones están previstas hasta finales de 2023, “estaría bien tener el proyecto antes de que acabe el año”.

Cubrir parques infantiles con placas solares para tener un parque de bicis eléctrico

Goikolarra también ha elaborado un proyecto, dentro de uno de los programas que realiza HibridaLab (Centro de Innovación Abierta y Transferencia Creativa de Álava), de creación de cubiertas fotovoltaicas en algunos de los parques infantiles del barrio para el mantenimiento de un parque de bicicletas comunitarias. “Es el primer proyecto que se nos ocurrió trabajar porque nuestra idea de comunidad energética va más allá de que los vecinos utilicen la energía y se beneficien de ella, sino que también debería aportar un beneficio a la comunidad en general. Pensando en Goikolarra como un barrio de reciente creación y viendo que hay bastantes problemas en la movilidad por el horario de autobuses y en los parques infantiles porque como no tienen nada cubierto o se empapan o se asan, no hay punto intermedio, pensamos en este proyecto como una buena solución”, declara Agustín Ortega, de la asociación vecinal Arelegi, que por su parte, ya ha presentado al Ayuntamiento el proyecto de cubrir parques.

“En este caso una comunidad energética directamente no podría hacerse cargo de sus costes, porque la inversión tendría que ser muchísimo mayor y la amortización en el tiempo infinitamente superior... Solo cubrir el parque puede costar tanto como las placas. Y son temas que afectan directamente a competencias municipales”, precisa. Un recorrido, por tanto, más complicado que en el anterior. “Los plazos para los que se mueve el Ayuntamiento para hacer una iniciativa como este son muy largos, incluso necesitan nuevas ordenanzas”, añade Ortega.