miami - Jennifer López y Shakira presumieron de orgullo latino el domingo por la noche en un trepidante espectáculo en el intermedio del principal evento deportivo de Estados Unidos, una Super Bowl más hispana que nunca con la participación especial de las estrellas de la música urbana J Balvin y Bad Bunny. Además, Emme Muñiz, hija de Jennifer López y Marc Anthony, hizo su debut mundial como cantante al liderar un coro de niños vestidos de blanco, mientras Shakira tocaba la batería y su madre la acompañaba con una capa que inicialmente parecía ser de la bandera estadounidense y terminó convirtiéndose en la de Puerto Rico, de donde proceden los cuatro abuelos de la niña artista.
El espectáculo de doce minutos fue exactamente lo que ambas artistas habían prometido, una celebración de la cultura latina y un mensaje de unidad y de esperanza a la infancia, en especial a los niños de las minorías étnicas y demográficas en Estados Unidos, que esta semana arranca un polarizado proceso electoral para escoger al próximo presidente. Trump se convirtió en el primer presidente en ejercicio en comprar espacio publicitario para su campaña en una final de la liga de fútbol americano, que se calcula fue vista por casi cien millones de personas. Su anuncio de treinta segundos le habría costado unos 10 millones de dólares. Trump no acudió, aunque estaba en su mansión en la vecina West Palm Beach, quizás para evitar ser abucheado como sucedió en el quinto partido de la final de la liga de béisbol en octubre. El exalcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, precandidato por el Partido Demócrata, fue el otro político que aprovechó para presentarse ante la millonaria audiencia con un carísimo anuncio.
por encima de los anuncios Aunque los anuncios comerciales suelen ser la parte más comentada del Super Bowl, incluso más que el resultado deportivo, en las redes sociales las líderes fueron las estrellas del intermedio. El show lo comenzó Shakira, que vestida de rojo se paseó por algunos de sus éxitos. La cantautora colombiana compartió escenario con el artista urbano Bad Bunny. Tocó la guitarra y bailó su ya conocida danza del vientre y, aunque insertó algunos segmentos en castellano, la mayoría de su espectáculo fue en inglés. Jennifer López, por su parte, hizo una versión actualizada de su show de los últimos años, con la adición de una barra de estriptis, que manejó a su antojo, demostrando que ha mantenido el entrenamiento al que se sometió para Estafadoras de Wall Street. Su invitado fue el reguetonero J Balvin, quien cantó parte de su éxito Mi gente. Así, Shakira cantó con un puertorriqueño y López, con un colombiano. Las dos terminaron cantando juntas Waka Waka, canción oficial del Mundial de Sudáfrica de 2010, y se despidieron con un sonoro “gracias y thank you”, en otra muestra de la cada vez mayor presencia de la comunidad latina.
La fiesta había comenzado a mediodía. Las calles en torno al Hard Rock Stadium, se habían llenado de seguidores de los dos equipos, los 49ers de San Francisco y los Chiefs de Kansas City. Una vez que se abrieron las puertas, las 65.000 personas que habían pagado un mínimo de 2.000 dólares por entrada llenaron los espacios sociales del estadio, donde se ofrecían espectáculos con artistas que iban desde Pitbull, orquestas de salsa, soul, rock y hasta batucada. Ríos de hinchas, vestidos de rojo, el color de ambos equipos, hicieron largas filas para adquirir comida, principalmente latina: arepas, empanadas, croquetas, churros, tacos y dulce de leche, entre muchos otros. Antes de comenzar el partido, Demi Lovato emocionó con su interpretación del himno de Estados Unidos.