El proyecto Mendebaldea para crear un gran corredor verde entre el polígono de Jundiz y la autovía A1 (Parque de Jundiz) ya se ha encaminado a su sexta fase. En concreto, como explica Juan Vilela, técnico de Infraestructura Verde del CEA (Centro de Estudios Ambientales), ahora se centran en la zona este y en la conexión con Zuazo de Vitoria (2025-2026).
Para ello,se está labrando el terreno para marcar el terreno y poner unas estacas donde irán las plantaciones. En la primavera se estima que acabe la obra “gorda” de esta fase que no necesariamente puede ser la última, porque el propio corredor está a abierto a regenerarse, esto es, a seguir haciendo actuaciones, aunque sean más pequeñas.
Por así decirlo, el círculo de su senda no está completo, pero sí su corredor verde: un innovador proyecto que destacó por recuperar suelos degradados, fruto del trabajo del CEA con el objetivo de mejorar la calidad ambiental del suelo y el paisaje, recuperar la conectividad ecológica, mantener la actividad agrícola y mitigar los efectos del cambio climático.
MISMA FILOSOFÍA
Y enlazar, de paso, los núcleos rurales del entorno (Lermanda, Margarita, Aríñez y Zuazo) con la red de vías verdes existente. “Todas las fases, más o menos, comparten una misma filosofía, que es, primero, regenerar los suelos que bordeaban el entorno del polígono industrial, para luego establecer sobre ellos una vegetación”.
Tras estar con la Universidad del País Vasco y con Neiker viendo distintos cultivos y plantas, “nos quedó clarísimo que eran suelos muy pobres, muy degradados, a los que teníamos que añadirles materia orgánica”.
Eso se consiguió aportándola de las plantas municipales de tratamiento de residuos. “Podía ser biocompost, compost de orgánico o compost vecinal”, precisa.
También se trajeron materiales de poda del vivero.
Luego, según la calidad del suelo, se establecieron diferentes usos con la idea de tener un parque que tuviera distintas funciones. “Por ejemplo, en las zonas que pegan contra la autovía, si teníamos materiales en estos suelos que limpiábamos, y nos salía, por ejemplo, escombro como tierras o rocas, hacíamos unos taludes, a modo de diques de sonido, que llevaban dentro la parte más dura (esto es, con las materias inertes, como rocas y piedras, en el fondo del montículo) y por fuera el suelo mejorado, como tierra vegetal para cubrirlos y poder plantar después”, detalla este experto que repasa para DNA lo hitos fundamentales de sus diferentes etapas.
FASE 1. Regeneración del entorno de Lermanda (2016-2017)
En Lermanda se hizo una barrera de sonido y un estudio de ruido para comprobar cómo en el pueblo, al estar tan cerca de la autovía, al hacer esta barrera, se rebajaban los decibelios. Esta barrera de sonido se ha mantenido en la fase 1, en la 2 y en la 3.
En Lermanda, en concreto, también había una zona que era municipal que ya se estaba cultivando y como el suelo era bueno, se creó zona de agricultura ecológica, tras hablarlo con el agricultor, que dijo que sí.
El concejo también pidió crear un huerto de frutales, así que se plantaron distintas especies, “con la idea de que les sacaran provecho los vecinos del pueblo más cercano”.
Y luego, las plantaciones de bosques sumideros de carbono, que como en todos estos proyectos los financia Gobierno Vasco por la lucha contra el cambio climático, “hacemos mucho énfasis en una reforestación de planta forestal, que son muchas plantas muy pequeñas que irán creciendo poco a poco fijando carbono”.
Desde los caminos que atraviesan esos parques hasta la carretera, que es por donde viene la contaminación de los coches, es donde se meten esos bosques sumideros de carbono.
FASE 2. Regeneración del entorno de Mendigurentxo (2018-2019)
Sus actuaciones han sido parecidas a las de las fase 1, a diferencia de que los taludes eran más grandes, “los hicimos crecer en mayor altura, porque había más ruido”.
Al diseñar el parque, fueron dejando tres o cuatro charcas temporales, que son las que tienen agua en invierno y están secas en verano, porque aunque estén cerca de la carretera, “tenemos especies de anfibios a las que les gustan refugiarse en esas zonas, porque no hay mucha presión humana. Una es el sapo corredor, al que le gustan esas charcas temporales. Le gusta reproducirse allí y de hecho lo hace”, destaca Vilela.
FASE 3. Regeneración del entorno de Aríñez (2020-2021)
La tercera fase dice que ha sido la más costosa, “porque estábamos trabajando en una parcela que estaba inventariada como suelo contaminado, por lo que el Gobierno Vasco obliga a a hacer un análisis del suelo y a descontaminarlo”.
Tras hacer los análisis del suelo, se comprobó, que la había de metales y de contaminantes orgánicos. Por tanto, lo primero fue limpiar el terreno “porque era una zona que estaba llena de escombros y de todo lo que te puedas imaginar, como lavadoras, que habían echado ahí de forma ilegal”.
Después de hacerla y de trabajar con la topografía (creando esos diques de sonido), establecieron unas parcelas experimentales de fitorremediación, para descontaminar a través de las plantas.
Para ello, les concedieron un proyecto europeo para hacer un ensayo experimental a través de combinaciones de cultivos agrícolas, como la alfalfa, y cultivos forestales, como los chopos y los sauces, combinados de distinta manera y ayudados también con inoculación de micorrizas, que son hongos. Este proyecto (PhytoSudoe) contó con tres socios: Ayuntamiento, Neiker y Universidad del País Vasco.
Como funcionó bien, les concedieron un segundo proyecto (Phy2Sudoe) y en toda esa zona, hay parcelas que están valladas, porque están en fitorremediación. “Y ya hemos visto que han descendido los niveles de contaminación, pero aún así, como es un proyecto demostrativo, lo mantenemos vallado para que vengan los estudiantes de la universidad y gente de otros sitios a visitarlas como proyecto ejemplar”, resalta.
FASE 4. Conexión con Margarita y el Centro de Servicios de Júndiz (2022-2023)
Al conectar con el Centro de Servicios de Jundiz, dejó de ser un parque periférico porque este centro aglutina a los servicios del polígono, que mueven a mucha gente y hay un parking, así que se amplió a muchos más usuarios: “ya no solo para los pueblos, también para todo el polígono o gente de la ciudad o la que visite el polígono, se puede dar un paseo por ahí”.
Hubo dos actuaciones destacadas. Por un lado, una revegetación forestal de unos taludes que ya había hecho el Ayuntamiento en Margarita para reducir el ruido de todo lo que estaban instalando alrededor del pueblo: supermercado, gasolineras, etc.
Y también se hizo una plantación popular, financiada por Rural Kutxa. “Generalmente, plantamos vegetación autóctona y árboles pequeños, porque es un poco la filosofía de la reforestación como un monte”, matiza. Pero, aun así, en lo que es todo el camino que va cruzando todos estos parques, “ponemos un árbol de alineación, un árbol que va en línea, en paralelo al camino, cada seis o cada ocho metros”.
En cada fase, igual plantan 100 o 150. En este caso, fueron olmos, que les dio el Ministerio, “los recogimos en un vivero en Madrid, como parte de una campaña de olmos resistentes a la grafiosis, que desarrolló el CSIC, y que promueven que se planten por toda la península. Y están resistiendo muy bien”.
FASE 5. Zona sur y conexión con Ibaia (2024), extensión en paralelo a la N-102
En esta fase ya se está en paralelo a la carretera de salida de Vitoria hacia Miranda, “y toda esa franja lineal que estaba delante de los pabellones, era una zona verde en la que no hubo que restaurar suelos, lo que pasa es que se mantenía más bien como una pradera, con algunos árboles sueltos”.
Así que ampliando esta idea de tener unos bosques densos cerca de la carretera para que reduzcan el impacto de la contaminación, “pusimos toda esa plantación en paralelo, y aparte, metimos una senda peatonal y ciclista que no había porque antes había un carril bici cortado que no iba a ningún lado y si querías ir, por ejemplo, al centro de servicios de Júndiz, desde Zabalgana o desde la ciudad en bici, tenías que ir por la carretera del polígono”.
De esta manera, metieron una senda, en la que destaca el enlace con la ciudad, “llega hasta el camping de Ibaia, donde están los campos de fútbol del Alavés, y desde ahí, hay una carreterita que ya te lleva a Zabalgana. Entonces, eso ha sido una conexión con el camping y con Zuazo también. Y con la fase 6 se refuerza mucho más.
FASE 6. Zona este y conexión con Zuazo de Vitoria (2025-26)
Esta fase abarca desde el camping de Ibaia hacia el norte, por todo Zuazobidea, y va ya a ser un carril bici. La mitad del camino va a ser de tierra, tipo parcelaria, y la otra mitad, desde Zuazo más o menos, hasta la calle Zurrupitieta, va a ser de hormigón, y va a tener cruces, iluminados, con semáforos y todo.
“Y conecta con un carril bici que va a la ciudad, o sea que ahora ya va a ser más de la movilidad ciclista del polígono. Ya es otra filosofía, porque no es tanto de ir en bici de paseo, o dando un paseo con un perro, sino ya esa parte del norte va a quedar conectada más de tipo ir a trabajar en bici”.
El técnico del CEA destaca de esta fase que se enlazará muy bien con Zuazo de Vitoria, “porque Zuazo tiene ahora unos caminos que van al polígono, que son roderas erosionadas, y que por ahí va la gente como puede, pero no puedes ni ir con la bici montada, porque está lleno de cárcavas, y esos caminos van a ir hormigonados. Entonces, Zuazo va a tener un enlace a todo este parque muy accesible. Se mejora la accesibilidad al polígono y también a Zuazo de Vitoria”.
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