La población vitoriana exprime las vacaciones de verano de muy distintas maneras. Desde familias o grupos de amigos que se decantan por la montaña en busca de desconexión y algún desafío físico, hasta quienes prefieren relajarse en destinos playeros o descubrir ciudades con gran atractivo cultural e histórico. Lo cierto es que las vacaciones están para disfrutarlas, algo que corroboran varios vitorianos tras su regreso, en conversación con este periódico.
En el caso de Sergio, viajó con su cuadrilla a Indonesia desde el 5 de agosto. Fueron 15 días de ruta por Bali y sus islas cercanas, un destino en auge y que en 2024 recibió 6,3 millones de turistas. El sudeste asiático no era nuevo para ellos, ya que el año anterior habían estado en Tailandia, donde la experiencia fue de lo más grata. “La sensación es que Bali es una isla muy masificada y preparada para el turismo; nos ha decepcionado”, comenta.
Precios asequibles en alojamiento
Por suerte, encontraron la tan buscada calma en las islas colindantes como Nusa Penida, Gili o Lombok. “Bali está muy enfocada al turismo y parece un atasco constante; en las otras tienes la sensación de poder hacer otro tipo de actividades, como navegar en barca todo un día sin preocuparte”, añade Sergio, quien destaca también los precios asequibles, tanto en alojamiento como en restauración.
“La sensación es que Bali es una isla muy masificada y preparada para el turismo"
Más allá del destino, la elección del cuándo y el cómo también genera debate entre familias y cuadrillas. En su caso, Sergio lo tiene claro, pues las fechas "siempre son las mismas porque las fábricas cierran en agosto y hay que aprovechar para salir de la ciudad”.
Por su parte, Olatz e Irati, dos amigas gasteiztarras, eligieron Oporto y Altea respectivamente. Al igual que Sergio, programaron sus viajes coincidiendo con las vacaciones de sus amistades para sacarles el máximo partido.
Olatz, tras trabajar todo julio, viajó a Oporto el 10 de agosto, una vez que las calles de Vitoria "se quedan desiertas" tras el fin de las Fiestas de La Blanca. “Es súper bonito, muy bien de precio, bastante más barato que aquí, siempre y cuando te alejes de la zona turística y del río”, recuerda. Sus recomendaciones no son otras que “callejear”, disfrutar de la ribera y los puentes y, como siempre, hacer un free tour.
“Busqué en Portugal y era lo más barato; además encontré uno con piscina, ideal para agosto”
Eligió la ciudad portuguesa por el coste del alojamiento. “Busqué en Portugal y era lo más barato; además encontré uno con piscina, ideal para agosto”, señala. Fue en avión desde Bilbao, “porque en una hora estás allí y el metro está muy bien comunicado con el aeropuerto”. También se llevó un grato recuerdo de los bares y bodegas de Gaia, donde compró vino que describe como “más dulce" que el del Territorio alavés.
Sobre la vuelta, admite que lo llevó "fatal" porque "hacía malísimo aquí cuando regresé”. Aun así, apura los últimos días de agosto en busca de algún plan de última hora. “A ver si organizo algo con las amigas esta última semana, que el lunes toca trabajar, y encima es lunes”, lamenta.
Trabas al turismo nacional
Irati, en cambio, percibe dificultades crecientes para hacer turismo nacional. “Con las olas de turistas extranjeros, sobre todo de Inglaterra o Estados Unidos, se están ajustando mucho a sus precios”, lamenta. Recuerda que en El Albir, la casa que alquiló junto a sus amigas “la llevaba una mujer que apenas sabía castellano, pero cobraba un pastizal”.
“Con las olas de turistas extranjeros, sobre todo de Inglaterra o Estados Unidos, se están ajustando mucho a sus precios”
Pese a ello, disfrutó de lo lindo de las vacaciones en tierras alicantinas. “La playa y la piscina me encantan y es una zona preciosa. Me parece más bonito Altea que El Albir; el casco histórico, la iglesia de arriba, las tiendas artesanales… tanto de día como de noche se está muy bien. Tiene muchas terrazas y mucho ambiente”, apunta.
Además, la localidad alicantina ofrece rutas de montaña gracias a su orografía. “Yo no las hice porque estaba de vacaciones, pero la opción está”, matiza. Aun así, denuncia que “los precios en la zona de la costa se están inflando muchísimo”.
Trabajar en verano
Claro que los meses estivales no siempre equivalen a descanso. No son pocos quienes, por su oficio, no pueden disfrutar de vacaciones. Es el caso de Adrián, trabajador sanitario, y María, técnica de recogida de residuos urbanos. “Salvo algún fin de semana que aproveché para ir al pueblo, poco más he viajado este verano”, comenta Adrián.
María, por su parte, destina estos meses a trabajar, ya que durante el resto del año tiene que estudiar. Fue una de las encargadas de limpiar las calles durante las recientes fiestas de La Blanca, una tarea que recuerda como “ardua”. Sus ratos de ocio los ha dedicado a “las piscinas de Mendizorroza y una visita con amigas a las playas de aquí cerca”.