Tres décadas. Media vida. Es el tiempo que ha pasado desde que se decidió recuperar, al menos, una pequeña parte, de lo que fue el este de la capital alavesa, otrora casi un vergel de extraordinaria riqueza cinegética, piscícola y de pastos entre Betoño, Elorriaga y Arkaute.
Salburua es Lugar de Importancia Internacional dentro de la Red Natura 2000
Desde 1994
Fue en 1994 cuando comenzó un proyecto de obras para intentar revertir el empeño humano por desbaratar lo que la naturaleza considera normal. Hoy se conoce a la zona como el parque de Salburua, un hito ambiental incluido entre los humedales de Importancia Internacional del Convenio Ramsar desde el año 2002 y, más recientemente, declarado Lugar de Importancia Internacional dentro de la Red Natura 2000, en la que se integran los espacios naturales europeos de mayor interés de conservación.
Tres décadas
Tres décadas han pasado desde entonces y el resultado es evidente. Quien no ha conocido otra cosa que el actual parque periurbano, enseña del Anillo Verde gasteiztarra, está de enhorabuena. Las balsas funcionan como depuradora que elimina sustancias nocivas de las aguas del acuífero cuaternario sobre el que se asienta. Y, sobre él, los tesoros del parque. Como la colonia vegetal de espadilla (Carex riparia), la mejor conservada de la península ibérica. Destaca también la presencia de uno de los pocos robledales de llanura que perviven en la Llanada Alavesa.
Insectos y anfibios
En Salburua habita una de las comunidades de escarabajos carábidos más importantes en el Estado (108 especies) o libélulas amenazadas como Coenagrion mercuriale. También conviven entre bosques y surgencias una de las comunidades más completas de anfibios y reptiles de Euskadi, como los galápagos autóctonos y la rana ágil, que se encuentra amenazada de extinción a escala ibérica.
Ubicación estratégica
Desde el Ayuntamiento gasteiztarra se explica que la estratégica ubicación del parque en plena ruta migratoria permite que muchos miles de aves usen la zona. Algunas se quedan a pasar el invierno o criar, incluso, muchas en peligro de extinción. El carricerín cejudo, la garza imperial, la cerceta carretona, el avetorillo común o las espátulas son algunas de estas aves en riesgo que residen en Salburua.
La importancia de los mamíferos
La información municipal indica que es entre la comunidad de mamíferos donde se encuentra la especie más emblemática de la zona: el visón europeo (Mustela lutreola). Se trata de uno de los carnívoros más amenazados del mundo, y el más amenazado de extinción, junto con el lince ibérico, de toda Europa. En la zona se ha llegado a avistar a algún ejemplar de gato montés, huidizo como pocas especies.
Proceso de restauración
Todos ellos son vecinos de una zona privilegiada transformada tras tres décadas de actuaciones que han logrado recuperar una mínima parte de lo que fue una zona inherente al carácter de los vecinos de las pueblos de los alrededores, como de los gorriones, mote de los vecinos de Betoño, una de las aldeas viejas que se integraron en los límites de Gasteiz tras la Voluntaria Entrega, por la que la Cofradía de Arriaga cedió la soberanía del Señorío de Álava al rey castellano Alfonso XI a cambio de mantener sus privilegios.
Pero eso es otra historia. En la que se refiere al parque, antes de 1857 los humedales de Salburua contaban al menos con tres lagunas principales: Betoño, al oeste; Larregana, al norte y Arcaute, al sureste.
Desecación
En esa fatídica fecha, se inició un proceso de desecación de las lagunas y de tala de los bosques para la puesta en cultivo de esos terrenos. Primero fue drenada la laguna de Larregana, más tarde la de Arcaute y finalmente, a mediados del siglo XX, se desecó la laguna de Betoño.
En 1994, cuando se iniciaron los trabajos de recuperación, del antiguo paisaje sólo quedaba un reducto de bosque, al norte de Elorriaga, y un pequeño retazo húmedo cercano a Betoño, donde a duras penas pervivían los últimos animales y plantas propias de estos medios, en un entorno sometido a todo tipo de impactos: furtivismo, chabolismo y vertido de residuos.
Anulación drenaje
Según la información del Consistorio gasteiztarra, los trabajos de recuperación ecológica se iniciaron con la anulación del drenaje de la laguna de Betoño. En 1998 se construyó un dique de cierre en el canal de la balsa, que drenaba las lagunas de Larregana y Arcaute hacia el cauce del río Alegría. Mediante estas actuaciones se consiguió recuperar un espacio de más de 200 hectáreas, de las cuales, en época de máxima inundación, 60 son láminas de agua. Recientemente se ha aumentado la superficie lagunar del parque al restaurarse la laguna de Duranzarra.