Cuando alguien hace algo desde el corazón, inevitablemente se le refleja en el rostro. Y este domingo 4 de agosto el de Iñaki Kerejazu transmitía ilusión, gratitud y alegría desde que salió al balcón de la calle Postas, ya transmutado en Celedón, seguro, sonriente, como si hubiera encarnado al aldeano de Zalduondo desde siempre.

“Por las que no pueden estar con nosotras y nosotros hoy aquí, por todas ellas y todos ellos... ¡Gora gu ta gutarrak!”

Pero era su primera vez y el mensaje que lanzó a la ciudad en su primera comparecencia fue el que toca en los tiempos que corren: “Estamos en Gasteiz, en un espacio libre, en un espacio seguro para todas. Tenemos que disfrutar, y tenemos que dejar disfrutar a los y las demás. ¡Si no sabes respetar, no vengas. Gora Gasteiz!”.

Deteniéndose en cada palaba, rotundo y claro, Kerejazu centró su mensaje en reclamar unas fiestas sin “ningún tipo de ataque”, en las que todo el mundo pueda “gozar libre”.

“¡Gracias por la acogida que me habéis hecho, gracias a todo el pueblo de Gasteiz, de Vitoria... Aupa zuek, hostia!”

Tres minutos y medio

Fueron tres minutos y medio de un discurso que arrancó felicitando las fiestas a todas y todos los vitorianos, y que Celedón prosiguió entonando su canción en euskera, mientras decenas de miles de personas botaban en una plaza repleta y en un día histórico.

“¡Gracias por la acogida que me habéis hecho, gracias a todo el pueblo de Gasteiz, de Vitoria... Aupa zuek, hostia!”, clamaba la persona. Celedón ha hecho una casa nueva, cantaba de nuevo el personaje.

“¡Tenemos que disfrutar, y tenemos que dejar disfrutar a los y las demás, sin ningún tipo de ataque!”

Lo que había que decir ya estaba dicho, y ya solo quedaba algo “muy importante” para cerrar esta histórica bajada. “Por las que no pueden estar con nosotras y nosotros hoy aquí, por todas ellas y todos ellos... ¡Gora gu ta gutarrak, gora Andra Mari Zuriaren jaiak, gora Celedón, gora Gasteiz!”.

“Disfrutad con respeto, gozad de nuestra ciudad”, dijo Kerejazu para cerrar una intervención que el maisu sacó con sobresaliente.

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En imágenes: Iñaki Kerejazu se transforma en Celedón por primera vez Pilar Barco