Cáritas Euskadi atendió el pasado año a 42.241 personas, frente a las 34.288 de 2022 (+23%). De ellas, un 55,3% fueron mujeres, algo menos que el 56% del pasado ejercicio, con un gasto en ayudas económicas que en 2023 fue de 6.876.831,95 euros, frente a los 6.904.885,18 euros de 2022.
La entidad ofreció ayer una valoración conjunta, tanto de los datos globales destacados de los tres territorios, como de las conclusiones que arrojan.
Según la memoria, de las 42.241 personas auxiliadas, 12.580 lo han sido en Álava, 13.090 en Bizkaia y 16.571 en Gipuzkoa.
Por su parte, por sexos, si el dato general de Euskadi indica que el 55,3% del total eran mujeres, éstas alcanzan el 65,3% en Álava, el 52% en Bizkaia y el 55% en Gipuzkoa.
El problema de la vivienda
Las cifras registradas en relación con la acción desarrollada por Cáritas Euskadi permiten identificar, según destaca la entidad, las dificultades que más están afectando a las personas y familias que pasan, en primer lugar, por el acceso a la vivienda.
En este sentido, Cáritas subraya que el elevado precio del alquiler de pisos y habitaciones, los requisitos para el acceso a ellos y la “insuficiente respuesta pública a una necesidad tan acuciante” como ésta, llevan a las familias a tener que compartir vivienda o habitaciones y a enfrentar situaciones de “exclusión complejas”.
Incertidumbre
A ello se une –indica– la “incertidumbre” con respecto a las prestaciones de vivienda, como consecuencia del cambio legislativo que las desvincula del sistema de Renta de Garantía de Ingresos (RGI).
Relacionada está “la dificultad añadida del acceso al empadronamiento”, por lo que Cáritas Euskadi insiste en “visibilizar este problema”, en la medida en que el padrón supone la “llave para el acceso a derechos y oportunidades de las personas”.
Considera que la carestía de la vida ha tenido un gran impacto en la economía de las familias y, en mayor medida, en aquellas con “ingresos precarios o insuficientes”.
Asegura que la mayor dificultad de acceso a los bienes básicos “ha endurecido las condiciones de vida de muchas de las personas atendidas por Cáritas y complicado sus procesos de inclusión social”.
Salud mental
Otra de las conclusiones extraídas de la memoria es la “ausencia de bienestar emocional” y los problemas de salud mental que acusan muchas personas atendidas, como consecuencia del “sufrimiento padecido por las situaciones que atraviesan”.
Junto a ello, Cáritas constata la dificultad añadida del acceso a tratamientos y recursos para hacer frente a su malestar.
Cáritas: “El elevado precio del alquiler de pisos y habitaciones, los requisitos para el acceso a ellos y la insuficiente respuesta pública a una necesidad tan acuciante como ésta, llevan a las familias a tener que compartir vivienda o habitaciones y a enfrentar situaciones de exclusión complejas”, sostiene la organización, tras analizar los datos de Euskadi de la memoria de 2023 y extraer conclusiones.
Un dato
75%
El 75% de las familias atendidas el pasado año por Cáritas en Álava eran de origen extranjero, el 42% acudía por primera vez a la organización y el 40% tiene hijos. Asimismo, según la menoria de 2023, el gasto de Cáritas de Vitoria fue de 3.094.706 euros y la cuantía dedicada a intervención social fue de 1.271.826 euros. En los programas de empleo se invirtieron 908.955 euros.
La entidad contó el pasado año con el apoyo de 3.500 personas voluntarias que, en un porcentaje destacado (73,2%), continúan siendo mujeres.
En el caso de Cáritas Diocesana de Vitoria, contó en 2023 con el apoyo de 1.200 socios, por los 1.303 de 2022, y la acción de Cáritas fue impulsada por 627 voluntarios, por los 728 de 2022.
Asimismo, el gasto de Cáritas de Vitoria fue de 3.094.706,17 euros y la cuantía dedicada a intervención social fue de 1.271.826,76 euros. En los programas de empleo se invirtieron 908.955,93 euros.
Perfil de las personas atendidas
De nuevo por territorios, en Álava, el 75% de las familias eran de origen extranjero, el 42% acudía a Cáritas por primera vez y el 40% de las familias atendidas tienen hijos.
Por su parte, en Bizkaia, 5.754 personas acompañadas pertenecían a familias con menores y la acción llegó a 2.628 menores.
Y en Gipuzkoa, la mayoría de las personas atendidas son migrantes y alcanzan el 86%. El 77% de la población auxiliada es menor de 44 años. – E.P.