2C-B. Leído en inglés suena como tusibi. Es la denominación que recibe el origen de uno de los estupefacientes con más reseñas en los últimos meses en la información que trata de desentrañar la realidad del narcotráfico en el conjunto del Estado. Todas ellas se refieren al tusi, abreviatura deformada de la citada fórmula, también deformada, que sirve para poner nombre al fenómeno de la cocaína rosa, sustancia de elaboración fundamentalmente química que se ha puesto de moda entre ciertos consumidores de sustancias presuntamente psicoactivas.

El tusi parece una sustancia nueva, aunque su principio activo nació hace la friolera de 50 años. El 2C-B se creó gracias a una mezcolanza de sustancias psicoactivas y al ingenio de Alexander Shulgin, que logró un estupefaciente alucinógeno e, inicialmente, de elaboración pura y con unos condicionantes menos lesivos que los asociados a otros consumos.

Poder adquisitivo

De hecho, en su momento, esta sustancia se asoció a ambientes con poder adquisitivo y entre quienes buscaban experimentar un viaje místico y psicodélico sin correr los riesgos asociados a otras sustancias, como los generados por elLSD o el éxtasis.

Desde entonces hasta la fecha, ha llovido mucho. El tusi que se encuentra hoy es un mix de sustancias en forma de polvo, generalmente rosa, y que, a veces, tiene olor dulce, formado por varias sustancias estimulantes, depresoras y psicodélicas, tal y como indica Energy Control, programa de intervención desde la reducción de riesgos en el ámbito de los consumos recreativos de drogas de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD).

Varios nombres

Se conoce con varios nombres: tusibí, tusi, tussy, tussi y polvo rosa y puede contener MDMA, ketamina y cafeína e, incluso, sustancias psicoactivas o fármacos como el paracetamol. En los análisis que realiza la citada iniciativa, en muy pocas ocasiones ha aparecido 2C-B en muestras de tusi.

Cocinero

Entonces, y viendo su desarrollo, ¿por qué se ha puesto de moda en la actualidad? “En muchas ocasiones, depende de que exista alguien con capacidad para hacer la mezcla y de que exista un laboratorio, una cocina. A partir de ahí, es cuestión de oportunidad y de tener los canales de distribución adecuados”, indica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA un investigador de la Ertzaintza con décadas de experiencia en las calles de Vitoria.

‘Narcomarketing’

Esa es la explicación para buscar el origen al boom de esta sustancia, que según reseñan fuentes policiales, ha ganado en notoriedad y popularidad gracias al narcomarketing. El uso del término cocaína y su sorprendente color son suficientes para generar demanda entre quienes buscan una experiencia exclusiva. Nada es casual ni dejado al arbitrio de los acontecimientos. Quienes trafican con esta sustancia en los lugares de moda buscan acceder a segmentos poblacionales de alto poder adquisitivo y lugares muy señeros ligados al ocio nocturno.

En principio, según el contacto, el consumidor puede pagar hasta 100 euros por un gramo de esta sustancia.

Objetivo logrado

Una vez logrado el objetivo, lo demás depende de las leyes del mercado. Así, el tirón del tusi ha logrado subir su precio hasta superar en un mínimo de un 30% las dosis de cocaína. En principio, según el contacto, el consumidor puede pagar hasta 100 euros por un gramo de esta sustancia.

Riesgo significativo

Pese al tirón en ambientes concretos, el consumo de la cocaína rosa lleva inherente un riesgo significativo. El problema reside precisamente en que el tusi que está en la calle poco o nada tiene que ver con la fórmula original. Cada cocinero tiene una receta y unas sustancias, como MDMA, ketamina, cafeína e, incluso, fentanilo.

Según los elementos y sus proporciones, la ingesta de una dosis puede desmerecer los efectos buscados con la fórmula original y, lo que es peor, los riesgos para la salud pueden ser devastadores e impredecibles.

Contenido aleatorio

Según, Energy Control, en función de la composición de cada muestra los efectos pueden ser más disociativos cuando contiene ketamina o más estimulantes si contiene MDMA y/o cafeína. La gran variabilidad en la composición y concentraciones de las sustancias que aparecen en este tipo de producto hace que los efectos puedan ser bastante diferentes e impredecibles de una muestra a otra.