El día de las fiestas de la Blanca reservado para los txikis ha arrancado con ganas y mucha energía, y es que ya desde minutos antes de las 11 de la mañana se les veía muy alegres y con mucho entusiasmo, fotografiándose con las figuras que rozan los 4 metros, correteando y jugando con los padres a la espera de que los 12 gigantes, 6 cabezudos, 4 caballos las 4 sotas emprendieran su particular recorrido por las céntricas calles de la capital alavesa.
Preparación de los bailes
Daniel, el cual lleva 2 años encarnando a uno de los gigantes, cuenta cómo la coreografía que han hecho los diez colosos la llevan preparando desde el mes de marzo, donde anduvieron ensayando dos días por semana. A medida que se ha ido acercando la fecha del comienzo de las fiestas, el ritmo y la intensidad de la preparación de los bailes ha ido en aumento, llegando en el mes de julio a practicar los bailes tres o cuatro días por semana, cada día trabajando entre dos y tres horas.
Sobre el proceso de selección y cómo llegar a ser una de las personas encargadas de transportar a estos colosos de 60 kilogramos, Daniel ha comentado cuáles son los requisitos necesarios: “ Tenemos que realizar una prueba que consiste en levantar al gigante, mantener el equilibrio, dar una vuelta y lo más complicado los bailes, donde piden saber bailar vals, entre otros.” explicaba el gigante.
El recorrido ha transcurrido sin mayor problema, dejando momentos a destacar como uno donde dos cabezudos se han adentrado en una tienda de ropa y han estado bromeando con probarse diferentes atuendos, o las imágenes habituales de los niños corriendo de la mano de sus padres y madres, huyendo unos entre risas y otros atemorizados de los cabezudos.
La travesía ha dado inicio a las 11 de la mañana en la calle San Prudencio, pasando por Fueros, Independencia y Postas, finalizando en la Virgen Blanca sobre las 11.45, minutos antes de la bajada de Celedón Txiki y Edurne.

Pequeños gigantes
No se han quedado sin representación los gigantes no tan gigantes, que este año han sido dos los que han acompañado a los diez adultos. Como es comprensible, el tamaño y el peso de los pequeños gigantes es considerablemente inferior al de la versión adulta, teniendo los pequeños una estatura que se aproxima a los 2,5 metros y un peso de alrededor de 9 kilogramos.
Íñigo, de diez años, es uno de los responsables de los gigantes de miniatura, el cual lleva dos años encarnando a esta figura. Sobre la edad máxima, cuenta que no hay límite de edad para hacerse cargo de una de estas, pero el poder llevar o no está determinado por la altura máxima que tiene la propia figura, adaptada y creada para niños de una estatura inferior al metro y 50 centímetros.