Cada persona, de una forma u otra, intenta luchar contra sus demonios internos a lo largo de la vida. Y hay batallas que se ganan, pero también otras que no. A esta idea hacen alusión los doce temas que componen Inner war, el primer larga duración que publica el quinteto gasteiztarra When Evil Comes. Desde el pasado viernes, el álbum, que sale tanto en su versión digital como en formato físico (CD), es una realidad palpable, lo que ya es una gran noticia en sí mismo puesto que es otro de esos trabajos que la pandemia podía haberse llevado por delante. No lo ha conseguido, aunque “el proceso ha sido una odisea”, apunta Andrés (batería), que comparte camino con Mikel (bajo y voces melódicas), Igor (voces), Curco (guitarra) e Iker (guitarra).
Angels of hatred, Broken wings y Angels of hatredBroken wingsWalls of fire son algunos de los cortes que componen una producción de la que ya se han dado a conocer tres temas a modo de aperitivo. Siguiendo la senda del metalcore, el disco “para nosotros es como una montaña rusa de emociones, un viaje profundo a etapas oscuras por las que puede pasar cada uno por ciertas circunstancias que escapan a su control”. Hay toques de esperanza. También momentos más agónicos. “Lo último que se escucha, el cierre de todo, es un piano con unos latidos. Aunque pases por todas esas etapas de estar arriba y luego abajo, al final se escucha cómo el mal latente permanece en el fondo, como si siempre quedase una puerta abierta para regresar”, apunta el batería, a lo que Curco añade que “hay canciones que te pueden transmitir esperanza pero el cierre es algo devastador, que te deja una sensación agridulce, no triste pero sí tal vez confusa”.
Mientras las nuevas canciones se van encontrando con el público, el grupo está ultimando los detalles de los directos que arrancarán en 2022. “Son temas muy técnicos y requieren ensayar muy duro”. Todo tiene que estar preparado al milímetro porque la idea es tocar todo lo que se pueda. “En los conciertos es donde la conexión con la gente, la energía que puedes llegar a generar, alcanza el máximo”. La agenda, en este sentido, ya tiene una primera fecha confirmada. Será en casa, en Vitoria el próximo 26 de marzo. Más en concreto en Hell Dorado, donde estarán compartiendo el cartel los también alaveses Herra y NameOff.
Será la guinda para un proceso que, en realidad, empezó en agosto de 2019. Entre ese mes y octubre de aquel año se grabaron los doce cortes. La parte instrumental se registró en Chromaticity Studios (Bilbao) con Pedro Monge (Vhäldemar) a los mandos, mientras que para las voces se acudió a Pamplona, a El Sótano que comanda Iker Piedrafita. La idea era completar el proceso y lanzar el resultado final en 2020 pero apareció la pandemia y todo quedó en suspenso hasta ahora, a la espera, como en el limbo. A pesar de transcurrir dos años hasta este momento, “siguen siendo temas válidos porque son atemporales. Lo sentimos frescos, como si fuera el primer día”.
Es de esperar que no haya más contratiempos, y así When Evil Comes pueda seguir adelante dentro de un camino que en su día se inició con la banda Minerva. Cuando el grupo cambió de cantante, “vimos una oportunidad para empezar de nuevo pero con los conocimientos que habíamos adquirido de manera previa, con lo que vivimos también tocando por todo el país e incluso en Burdeos. Fue un momento en el que pensamos que podíamos hacer una metamorfosis para crear una entidad más solida”. Dicho y hecho.
Una docena de cortes componen este trabajo grabado entre agosto y octubre de 2019, un disco que se lanzó el pasado viernes
El primer concierto en Vitoria se producirá el próximo 26 de marzo en Hell Dorado, junto a los también alaveses Herra y NameOff