Vitoria. La madre de Nerea está en el hospital. Le pasa algo. No reconoce a sus hijos. Nerea mira a las manos de su ama esperando que ellas le puedan hablar... Es el punto de arranque de Amaren eskuak, la que fue la primera novela de la autora gasteiztarra Karmele Jaio (aunque no su debut en el mundo de las letras), un libro que vio la luz, después de año y medio de trabajo, a principios de 2006, una publicación que en muy poco tiempo consiguió un éxito que la propia autora no esperaba, como ha reconocido después. Se ha perdido la cuenta de las ediciones en euskera y su posterior traducción al castellano. Incluso se ha llevado a otros idiomas como el alemán.

En octubre de 2009, en una entrevista con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la también colaboradora de este periódico reconocía que estaba sobre la mesa el proyecto de rodar una película basada en su creación. "Se ha interesado una productora y la intención es realizar el guión a lo largo del año que viene", contaba. Dicho y hecho. El salto a la gran pantalla se está rodando justo ahora.

Detrás se encuentra la firma vasca Baleuko, responsable de casi una decena de títulos de animación así como de largometrajes de ficción como Izarren Argia y Eutsi!. Bajo la dirección de Mireia Gabilondo, el equipo que hará realidad la película, compuesto por unos 50 técnicos, 35 intérpretes y entre 400 y 500 figurantes, se encuentra ya en la cuarta semana de rodaje y todavía quedan otras dos para hacer las seis previstas en total. Diferentes puntos de Euskal Herria (desde Lekeitio hasta Hendaia) están siendo la particular casa de toda esta familia del celuloide y entre ellos está Gasteiz.

La Virgen Blanca, la Plaza Nueva, la estación de tren, la Florida... Entre el martes y ayer, los ensayos y tomas se han ido sucediendo en varios emplazamientos de la capital alavesa ya que ella es la escenografía de casi todo el largometraje.

Los interiores, eso sí, se están registrando en otros emplazamientos como Bilbao o Irún ya que, entre otras razones, resulta menos costoso desplazar al equipo. Por un momento, aunque sea de mentira, estos emplazamientos serán Vitoria, reconvirtiendo la sede de ETB en Bizkaia en la redacción de un periódico ubicado aquí o el hospital de la localidad fronteriza en un centro sanitario alavés.

"Hemos pasado tres días muy buenos en Vitoria. Todo está muy a mano", explicaba ayer Asier Bilbao, de Baleuko, en el último día de trabajo en suelo gasteiztarra mientras un técnico gritaba: "vamos a primera, por favor" en el kiosco de prensa que se encuentra frente a la Catedral Nueva.

"Tengo mucha curiosidad. La verdad es que el hecho de que sea Mireia Gabilondo quien dirige la película me da confianza, porque sé que se sintió muy identificada con la novela y la ha sentido al leerla. Espero que yo también pueda sentir nuevas sensaciones al ver la película", comentaba Jaio desde la distancia de las vacaciones, aunque la escritora estuvo a principios de agosto en Lekeitio cuando arrancó el proceso de rodaje. "Me hace mucha ilusión ver que algo que yo he creado va a volver a tener una vida nueva, diferente, a través de la pantalla. Porque, al final, la película va a resultar la historia que yo creé pero vista a través de los ojos de otra persona y contada en un lenguaje diferente. He leído el guión, he hecho algunas sugerencias, pero para mí es difícil saber qué quiere decir eso que leo en imágenes, así que tengo ganas de ver el resultado", apuntaba a este periódico.

"¿Qué están haciendo?" Aunque estos días tras La Blanca, Vitoria parece desierta, sólo tomada por los turistas y algunos vecinos, la pregunta ayer, como en las dos jornadas anteriores, era inevitable. En sólo unos minutos acompañando al equipo en la calle Prado, tres diferentes viandantes curioseaban. "Están rodando una película", era la contestación. "¡Qué divertido!", fue alguna de las respuestas.

El último día de labor en tierras alavesas empezó un poco antes de lo previsto. A las diez de la mañana ya se estaba poniendo todo en marcha en el kiosco situado al lado de las paradas de autobús. Además de las personas implicadas y de las miradas curiosas, por allí andaba también Fernando López Castillo, ya que la Vitoria-Gasteiz Film Office de la que es responsable ha hecho de anfitriona y facilitadora, al igual que en los más de 60 rodajes que, por ejemplo, se llevaron a cabo el año pasado en el territorio.

"Prevenidos", se podía escuchar a eso de las diez y media. Y todo el mundo en guardia con Gabilondo al frente. Atentos porque para la escena en cuestión se quería aprovechar el paso rutinario cada siete minutos del tranvía entre las paradas de Lovaina y Parlamento.

"Desde el principio teníamos claro que la historia tenía que situarse en Gasteiz", explicaba Asier Bilbao sobre un proyecto grabado en euskera que "quiero tener terminado, sí o sí, a 31 de diciembre. ¿El estreno? A lo largo de 2013, pero veremos qué pasa, si hay algún festival interesado en presentarla en primicia o si acudimos a salas comerciales de manera directa".

Otra vez "prevenidos". El tranvía vuelve a pasar. "Pues la verdad es que no, no había pensado que se podía hacer una película de Amaren eskuak. Tampoco pensé nunca que la propia novela tuviese tan buena acogida entre el público, ni que se fuera a traducir al español, al alemán, como ha sido. Hasta el momento me ha dado muchas satisfacciones y todas inesperadas", relataba Jaio.

Cables, cámara, maletas, mochilas, guantes... todo apilado. Gasteiz, un plató de cine. Y aquellos que caminaban ayer por la calle Prado, curiosos sí pero extremadamente respetuosos. Incluso había quien se metía en plano sin saberlo, sin darse cuenta, sin percatarse de la presencia de algunos de los componentes del reparto en el que figuran nombres como los de Ainara Gurrutxaga, Esther Remiro y Loli Astoreka, entre otros.

Hoy, Gabilondo y su gente vuelven a emprender camino. El trabajo no se detiene. Y cuando el rodaje termine, la película seguirá haciéndose hasta completar todo el proceso de post-producción. Así hasta que en 2013 Nerea vuelva a mirar, pero esta vez desde la gran pantalla, a las manos de su madre esperando una respuesta que ella ya no puede dar.