El Baskonia cerró el 2025 con una victoria tan valiosa como agónica en Lugo. El 100-103 ante el Breogán no fue un ejercicio de control ni de brillantez, sino un cara o cruz resuelto en los últimos segundos, de esos que también cuentan —y mucho— cuando se trata de consolidarse en la pelea por la Copa. Con este triunfo, el conjunto azulgrana iguala al Unicaja en la séptima posición, con un balance de 7-5 y todavía pendiente de disputar su duelo contra el CB Canarias.
En un partido abierto, de ritmo alto y con demasiadas concesiones defensivas, uno de los nombres propios que sostuvo al Baskonia casi desde el salto inicial fue Rodions Kurucs. El letón fue protagonista desde el arranque, especialmente motivado por el cara a cara con su hermano, en un duelo con evidente carga emocional. Se le vio activo, intenso, concentrado, con esa chispa competitiva que alguna vez se ha echado en falta sus actuaciones esta temporada.
Kurucs firmó una de sus actuaciones más completas como azulgrana. Regular durante los algo más de 21 minutos que disputó, aportó en casi todos los registros y fue, con diferencia, el jugador más fiable del equipo en defensa. Mientras el Baskonia sufría para contener a su rival y encajaba con demasiada facilidad, el letón puso orden, energía y presencia física, convirtiéndose en uno de los pocos capaces de minimizar daños atrás.
La actuación del letón tuvo también un componente de reivindicación. Llegaba de varios partidos flojos, cuestionado por su irregularidad, y respondió con una noche de carácter y consistencia. No se escondió cuando el partido se volvió incómodo, ni cuando los gasteiztarras entraron en ese terreno de valientes que tantas veces le ha penalizado esta temporada. Kurucs, aun con algún error puntual, estuvo siempre ahí.
El final volvió a ser ajustado, fiel reflejo de un encuentro que nunca terminó de romperse. El Baskonia sobrevivió a sus errores, resistió los últimos arreones del Breogán y encontró la sangre fría necesaria para cerrar el choque. No fue una victoria brillante, pero sí útil, de las que permiten cerrar el año con buenas sensaciones clasificatorias y refuerzan la confianza del grupo.
TLC Y HOWARD, SUS SOCIOS EN ATAQUE
Junto a Kurucs, el Baskonia encontró sostén ofensivo en Luwawu-Cabarrot y Markus Howard. El francés fue el máximo anotador con 24 puntos y firmó el triple decisivo a falta de 26,7 segundos, además de alcanzar los 22 créditos de valoración. Howard, por su parte, aportó 18 tantos, cuatro asistencias y una versión más generosa de lo habitual, clave para que el equipo encontrara fluidez en los momentos calientes.