Kamar Baldwin es un jugador discreto que no suele prodigarse en redes sociales ni al que le guste llamar la atención. Más bien, se describe como una persona “sencilla y familiar”. Tras casi un año en Vitoria, no se conoce mucho de su vida personal, por lo que nunca está de más preguntarle por algunas curiosidades sobre él.

¿Por qué viste el número 44? 

Cuando estaba en el instituto fui el último en elegir número y ya sólo quedaba por elegir el 44, así que me quedé con él y lo he seguido llevando desde entonces.

¿Cuándo y por qué empezó a jugar a baloncesto? 

Básicamente he jugado a baloncesto desde que tengo memoria. Mi madre era entrenadora de basket en el instituto, así que el baloncesto siempre ha formado parte de mi vida, me entrenó cuando era un niño. Amo el baloncesto y espero seguir jugándolo mucho tiempo, hasta que mi cuerpo aguante.

En la universidad fue rival de Markus Howard, compitió muchos años contra él en la misma división. ¿Habló con él de su rivalidad al llegar al Baskonia? 

Sí, desde luego. Pasamos cuatro años jugando el uno contra el otro, nunca habíamos estado en el mismo equipo. Siempre que nos enfrentábamos la batalla era muy dura, cada uno sabe su función y la nuestra era anotar, pero teníamos que tratar de ser eficientes. En la universidad el duelo estaba muy igualado, era muy divertido enfrentarse a él. Fueron buenos tiempos...

¿Qué estudió en la universidad? 

Música. He crecido tocando la batería y me gusta mucho la música. No necesariamente las letras, sino más bien la parte instrumental.

También su compañero Donta Hall toca la batería. 

Sí, no hemos tocado nunca juntos ni nada, pero sí que solemos hablar mucho sobre ello.

¿Qué le gustaría ser si no fuera jugador de baloncesto?

Pues posiblemente músico o profesor, es otra profesión que me agrada.

¿Qué le gusta hacer cuando no está jugando a baloncesto? 

Pasar tiempo con mi familia, mi mujer y mi hija. Honestamente, eso es todo. El baloncesto te quita mucho tiempo de estar con la familia, son muchos desplazamientos y tiempo lejos de casa. Cuando estoy en casa aprovecho para jugar con mi hija, dar una vuelta por la calle...

¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta de la vida en Vitoria? 

Me gusta que sea un lugar tranquilo, pequeño, en el que no suceden muchas cosas. En lo negativo no tengo ninguna queja realmente. Soy una persona sencilla, no suelo salir mucho de todas formas. Creo que Vitoria es una buena ciudad familiar con muchos parques a los que poder ir con los niños. Además, siempre puedes ir a Bilbao y a San Sebastián, que están cerca, para hacer cosas diferentes.