Los partidos de pretemporada no sirven para sacar muchas conclusiones, pero sí dejan alguna pista interesante de cara al futuro. Baldwin regresó al equipo tras la sobrecarga muscular sufrida en esta pretemporada y lo cierto es que el base americano fue uno de los grandes señalados de la hiriente derrota. Todavía fuera de ritmo y sin la explosividad física que necesita su baloncesto de altas revoluciones, pasó de puntillas por la Euskal Kopa y tan solo dejó alguna acción relevante al inicio del tercer cuarto ante los de Mumbrú.

Como dicta la lógica, el ex del Bayern tampoco ha encontrado a estas alturas la química ideal con sus compañeros y eso quedó patente cuando abusó del bote de balón de una forma exagerada y no buscó asociaciones que rescataran al Baskonia del letargo. Mumbrú le tendió emboscadas con Rousselle y el exbaskonista Rafa Luz echándole siempre el aliento en el cogote.

Giedraitis también fue otra nota negativa. Si bien expuso días atrás en el Media Day que no tendrá problemas en emparejarse con escoltas más pequeños cuando deba actuar como dos, el lituano sufrió de lo lindo en algún lance ante Goudelock.

Reyes también le hizo la vida imposible en varias fases, si bien el hijo del que fuera campeón de la Recopa con el Baskonia en 1996 tiene un tamaño mayor y es un jugador que no debería haberle originado tantos problemas. Por último, los problemas de faltas de Nnoko y Enoch hicieron mucho daño en el engranaje vitoriano.