La situación del Alavés Gloriosas no es nada sencilla a estas alturas de la temporada. A falta de cinco jornadas para que la Liga F baje su telón, el conjunto babazorro ocupa la última posición de la tabla y, después de su reciente derrota contra el Athletic (1-0) en Lezama, la permanencia se le ha marchado ya a los cinco puntos. Una distancia aún salvable, pero que no había sido tan grande en ningún momento de la presente campaña.

Tras el gran rendimiento del pasado ejercicio, en el que las Gloriosas, aún siendo primerizas en la élite, lograron una salvación bastante holgada, se esperaba que la segunda experiencia en la máxima categoría del fútbol femenino siguiera la misma línea. Sobre todo, al conocer la continuidad de figuras importantes del equipo como Auñón, Soliveres, Aznar, Armengol, Ane Miren, Sanadri o Chamorro, además de los múltiples refuerzos.

Sin embargo, la temporada ya comenzó de mala manera, con un empate y seis derrotas en las siete primeras jornadas, y esto provocó la destitución de Mikel Crespo. Un entrenador que, pese a no tener el nombre ni la experiencia de otros, había sido capaz tanto de lograr el ansiado ascenso a Primera División como de, asimismo, de certificar la mencionada permanencia, siendo su escuadra una de las grandes revelaciones.

El elegido para sustituirlo en el banquillo fue Iñigo Juaristi, cuyo expediente hablaba por sí solo, y no comenzó nada mal, salvo por la goleada (8-0) en casa del Barça. Aparte de ese batacazo, el técnico vizcaíno cosechó dos victorias (Betis y Sevilla) y otros dos empates en sus primeros cinco partidos, lo que demostró, junto al triunfo posterior ante el Valencia, que la plantilla estaba capacitada para ofrecer más de lo que se había visto hasta su llegada.

Desgraciadamente, la seguridad de conseguir una nueva permanencia en la élite no duró demasiado. Tras esa buena racha, la cual les permitió abandonar los puestos de descenso a comienzos de año, las Gloriosas entraron en un bucle de malos resultados y este aún se mantiene a día de hoy, con diez derrotas en las últimas diez jornadas. Algo en lo que ha tenido mucho que ver la fragilidad en defensa del equipo, que lleva encajados ya 68 goles.

No va a ser fácil, porque cada error ahora es determinante, pero, si las pupilas de Juaristi mejoran atrás, van a tener opciones de mantenerse en la Liga F, pues, ofensivamente hablando, son de las mejores de la tabla baja. Además, echando un vistazo al calendario, lo cierto es que un arreón final, incluso con la desventaja de cinco puntos, podría ser suficiente para salvar la temporada. Tres de sus cinco partidos son ante rivales directos y la primera final será este sábado frente al Levante Las Planas.